Viernes 15 de noviembre de 2024

La 'cultura del descarte' conduce a una 'cultura de la muerte', advirtió el Papa

  • 11 de abril, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En su discurso a los miembros de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, destacó la dignidad humana de las personas discapacitadas y con capacidades diferentes.
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El Papa Francisco reiteró hoy su crítica a la expansión de lo que llama una “cultura del descarte”, que empuja a las personas más frágiles a una “cultura de la muerte”.

“La cultura del descarte, de hecho, no tiene fronteras. Hay quienes presumen de poder determinar, basándose en criterios utilitarios y funcionales, cuándo una vida tiene valor y vale la pena ser vivida”, declaró esta mañana en una audiencia con los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales.

El tema del encuentro es “Discapacidad y condición humana. Cambiar los determinantes sociales de la discapacidad y construir una nueva cultura de inclusión”.

Desafortunadamente, en muchas partes del mundo todavía hay personas y familias que están aisladas y marginadas de la vida social, debido a la discapacidad. Y esto no ocurre sólo en los países más pobres, donde vive la mayoría de ellos y donde esta condición los condena muchas veces a la pobreza, sino también en contextos más prósperos”.

Francisco, que elogió la elección de este tema, denunció las "graves violaciones de los derechos de los más débiles", debido a una mentalidad guiada, "predominantemente, por la lógica del beneficio, la eficiencia o el éxito".

“También hay, en la actual cultura del descarte, un aspecto menos visible y muy insidiosa que erosiona el valor de las personas con discapacidad ante los ojos de la sociedad y ante sus propios ojos: es la tendencia que lleva a las personas a considerar su propia existencia como una carga para sí mismas y sus seres queridos”, lamentó.

Según el Papa, “la difusión de esa mentalidad transforma la cultura del descarte en una cultura de la muerte”.

Y agregó: "Esto es muy importante, los dos extremos de la vida: los no nacidos con discapacidad son abortados, y a los ancianos en sus etapas finales se les da la 'muerte dulce', la eutanasia, una eutanasia disfrazada, siempre, pero que termina siendo eutanasia”.

Francisco invitó a los presentes a luchar contra la “cultura del descarte”, impulsando una “cultura de inclusión integral”, con el apoyo de toda la sociedad.

“Los protagonistas de esta acción solidaria son quienes, sintiéndose corresponsables del bien de cada persona, luchan por una mayor justicia social y por la eliminación de barreras de diversa índole, que impiden a tantos disfrutar de derechos y libertades fundamentales”, afirmó.

El Papa expresó una especial preocupación por la situación de las personas con discapacidad en los países más pobres y pidió ayuda a la comunidad internacional.

“Al escuchar las voces de hombres y mujeres con discapacidad, tomamos conciencia de que sus vidas están condicionadas, no sólo por limitaciones funcionales, sino también por factores culturales, legales, económicos y sociales, que pueden obstaculizar sus actividades y su participación social”. indicó.+