Viernes 15 de noviembre de 2024

La Comisión vaticana Covid-19 escuchó las necesidades de los colombianos

  • 2 de noviembre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
En una videoconferencia la comisión escuchó las necesidades y acciones de la Iglesia colombiana para enfrentar la pandemia
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La Comisión vaticana Covid-19 liderada por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral (Dsdhi) se reunió por videoconferencia con la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para escuchar las necesidades y acciones de la Iglesia para enfrentar la pandemia en el país sudamericano. 

El prefecto del Dsdhi, cardenal Peter K. A. Turkson, participó de la reunión y presentó a los obispos e instituciones colombianas las líneas esenciales de trabajo de la Comisión vaticana Covid-19, que nació el 20 de marzo de 2020 con la petición del papa Francisco y en colaboración con otros dicasterios y organismos de la Curia Romana, para afrontar los desafíos que presenta la pospandemia.

La reunión, según informó VaticanNews, que tuvo lugar el 29 de octubre, fue coordinada por monseñor Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Dsdhi y responsable del grupo de trabajo encargado de escuchar y apoyar a las Iglesias locales, y de coordinar esfuerzos con otras instancias vaticanas cono Caritas Internationalis, para un apoyo conjunto. 

De hecho, en las últimas semanas se realizaron videoconferencias con las conferencias episcopales de Honduras, Venezuela e Irak y están previstas en esta segunda fase decenas de reuniones con conferencias episcopales que se suman a las mantenidas en los primeros meses de trabajo de la comisión vaticana Covid-19 con capellanías hospitalarias, pastorales sociales, de salud, carcelarias, congregaciones religiosas, y Caritas de países de todo el mundo.

La comisión desarrolla su actividad a través de cinco grupos de trabajo interconectados e interdependientes con los siguientes objetivos: mirar al futuro con creatividad; comunicar la esperanza; buscar el diálogo y la reflexión común; apoyar para custodiar. 

De la Conferencia Episcopal de Colombia
Durante este encuentro, los obispos colombianos manifestaron cómo respondieron a los desafíos planteados por la pandemia Covid-19 a través de las diversas instituciones que conforman la pastoral social, entre ellas Cáritas. 

Monseñor Elkin Álvarez afirmó: “Hemos encontrado problemáticas grandes en el ámbito social colombiano y oportunidades grandes para la tarea evangelizadora, particularmente en el ámbito social”.

La labor realizada por el Secretariado Nacional de Pastoral Social permitió, por ejemplo, intervenir en 12 áreas de ayuda humanitaria y asistir a 273.256 personas en 31 jurisdicciones eclesiásticas, un compromiso que demostró hasta qué punto este servicio ha sido capaz de adaptarse con flexibilidad a las limitaciones y necesidades causadas por la pandemia. 

El 65% de las ayudas se destinó sobre todo a apoyo alimentario y económico. Además, pese a las limitaciones económicas y logísticas, la pandemia reveló la capacidad de respuesta humanitaria de la Iglesia, así como su fuerza para movilizar a persona particulares, empresas y organizaciones que colaboraron en la labor pastoral como donantes o voluntarios.

Desafíos y acciones
El primer desafío, afirmó monseñor Álvarez, es de carácter humanitario: la gente comenzó a padecer hambre, sea porque perdieron sus empleos o porque las cuarentenas no permiten la realización de éstos. Se respondió mediante la multiplicación de los bancos de alimentos, que fueron apoyados decididamente por instituciones eclesiales, financieras y del Estado, así como por empresas particulares, en razón de la credibilidad y efectividad de la Iglesia. 

Esta realidad se dio tanto en las ciudades como en las zonas rurales. Las parroquias jugaron un papel importante en el funcionamiento y distribución eficaz de los insumos, con la colaboración de los mismos campesinos y de empresas locales que también se involucraron en la donación de parte de su producción.

La Universidad Javeriana, en particular la Facultad de Medicina, capacitó a los médicos en el uso de respiradores y ofreció apoyo psicológico a las personas en respuesta al creciente impacto de las personas con enfermedades y trastornos mentales. También era necesario una estrategia de escucha para acompañar en particular a los miembros de la familia que no pueden superar el luto debido al aislamiento de los pacientes moribundos.

Un segundo desafío son los migrantes, mayoritariamente venezolanos. La respuesta fue evolucionando en el último año. Lilian Cuevas, de la Pastoral Social expresó que “el Covid-19 ha permitido visibilizar aún más que antes los problemas que vive Colombia”. Y refiriéndose a los migrantes afirma que “la sociedad colombiana no estaba preparada para la llegada masiva de tantos hermanos venezolanos”.

El padre Enán Humánez, subdirector de la Pastoral Social, puso en evidencia que hay más de 2.000 kilómetros de frontera de Colombia con otros países, así como puntualizó que hay varios momentos de movilización de personas migrantes. Por ejemplo, cuando comenzaron a llegar personas desde Venezuela se las acogió, en muchos casos se las insertó en las economías locales. Muchos de ellos viajaron a otros países de Sudamérica. 

El padre Luis Ferney López, secretario de la Fundación Populorum Progressio, informó que en el cuadro del proyecto “Canastas de alimentos” que llega a más de 30 diócesis en Latinoamérica beneficiando a más de 50.000 personas, la institución ayudó a tres diócesis en Colombia

Un tercer desafío es la evangelización y se respondió utilizando los medios digitales en los lugares donde es posible y también se destacó la atención pastoral a las personas privadas de libertad.

Un problema que afecta a los territorios donde la Iglesia realiza su labor es la violencia generada por la actividad del narcotráfico que ha traído muchas muertes a jóvenes de las comunidades.

Finalmente, el padre Enán subrayó los mecanismos de defensa contra la pandemia que están utilizando las comunidades indígenas. Las condiciones de lejanía, así como la utilización de la medicina tradicional han sido factores para reducir los efectos mortales de la enfermedad. Además de la prevención, subrayaron los asistentes, es importante apostar a la reactivación económica y así hacer posible mejores niveles de vida para la población. +