Viernes 15 de noviembre de 2024

La Comisión Teológica Internacional prepara un documento sobre la confesión de fe

  • 2 de julio, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Con motivo del 1700º aniversario del Concilio de Nicea, a celebrarse en 2025, un grupo de teólogos está trabajando en el texto, que se publicará a principios del próximo año.
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La Comisión Teológica Internacional (CTI), está preparando un documento sobre el Credo, con motivo del 1700º aniversario del Concilio de Nicea, a celebrarse en 2025. La confesión de fe de la Iglesia (el Credo) fue proclamado en aquel momento, en el año 325, y complementado en el Concilio de Constantinopla, realizado en el 381. 

El texto se publicará a principio del próximo año y su redacción está a cargo de un grupo de teólogos, bajo la supervisión del secretario general de la Comisión, monseñor Piero Cody.

En el diario L'Osservatore Romano, el secretario adjunto de la Comisión, monseñor Maurizio Barba, explicó que el documento pretende ofrecer una lectura "doxológica" del símbolo de la fe. para "subrayar su carácter soteriológico y, por tanto, cristológico". 

Recursos trinitarios y antropológicos
De hecho, explicó el secretario, "se trata de redescubrir a Cristo, la 'Luz de la Luz' y la Luz del Mundo, en todo su poder de atracción". Desde un punto de vista patrístico, el texto examinará la vida litúrgica y la vida de oración, para ver cómo estos ámbitos se han enriquecido en la Iglesia después del Concilio Vaticano II, así como el marco general de teología fundamental dado por el Concilio de Nicea, definida por Mons. Barba como "el primer concilio ecuménico sobre la misión constante de la Iglesia al servicio de la credibilidad de su fe". "De esta manera, se revela la fecundidad de la revelación cristiana para renovar el pensamiento y las formas de vida común de las personas", afirmó.

Destacó asimismo que la conmemoración del Concilio de Nicea, en particular el Símbolo de la fe que de él se deriva, "desempeña un papel fundamental en la protección y transmisión de la fe, poniendo en el centro la profundización del kerygma trinitario como experiencia vital del encuentro de la evangelización con el Señor crucificado y resucitado, Hijo de Dios y Salvador, a la luz del Espíritu".

La Comisión Teológica Internacional fue creada en 1969 por el Papa Pablo VI, para estudiar importantes problemas doctrinales, brindando así asistencia al Magisterio de la Iglesia, y especialmente a la Congregación (ahora Dicasterio) para la Doctrina de la Fe, el prefecto de la cual es el presidente ex officio de la Comisión, el cardenal Victor M. Fernández.

Actualmente, la Comisión está formada por 28 teólogos de todo el mundo. Ellos son: el arzobispo Antonio Luiz Catelan Ferreira (Brasil); los sacerdotes Edouard Adé (Benín), Yury Avvakumov (Ucrania), Alberto Cozzi (Italia); Peter Dubovsky SJ (Eslovaquia), Jorge J. Ferrer SJ (Puerto Rico), Mario Ángel Flores Ramos (México), Simon Francis Gaine, OP (Gran Bretaña), Carlos María Galli (Argentina), Gaby Alfred Hachem (Líbano), Marek Jagodzski (Polonia), Thomas Kollamparampil CMI (India), Víctor Ronald La Barrera Villarreal (Perú), Karl-Heinz Menke (Alemania), John Junyang (Corea), Bernard Pottier SJ (Bélgica), Javier Prades López (España), Nicholaus Segeja M'hela (Tanzania); Gabino Uríbarri Bilbao SJ (España), Philippe Vallin (Francia) y Etienne Vetö CIE (Francia - EE.UU.); las religiosas Alenka Arko (Eslovenia), Isabell Naumann ISSM (Australia) y Josee Ngalula RSA (República Democrática del Congo); y Reinhard Huetter (Estados Unidos), Marianne Schlosser (Alemania) y Robin Darling Young (Estados Unidos).

El Papa Francisco asignó a la Comisión tres temas de reflexión: la antropología cristiana frente a los desafíos culturales contemporáneos; el primer concilio ecuménico de Nicea y la validez de sus artículos de fe; la huella divina en la Creación y el cuidado humano de la Creación. 

En 2022, pidió también a los teólogos de la Comisión "fidelidad creativa a la Tradición"; profundizar la inculturación del Evangelio, abriéndose a la contribución de otras disciplinas científicas consultando a expertos, incluidos los no católicos; y asistencia para el trabajo colegiado.+