La arquidiócesis de Santa Fe celebró los 450 años de fundación de la ciudad

El arzobispo Sergio Fenoy presidió la misa en la parroquia Sagrado Corazón y pidió "poner esta ciudad, la vida de cada uno y de nuestras comunidades cristianas, bajo el cuidado y el amor de Jesús".

El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, presidió el 14 de noviembre la misa por el 450° aniversario de fundación de la provincia y consagró la ciudad al Sagrado Corazón de Jesús. La celebración eucarística fue en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús y participaron cientos de fieles, religiosos y sacerdotes del clero.

En la homilía, agradeció a quienes participaron de "esta vigilia de oración, que providencialmente se pensó así. Mañana (por hoy miércoles) la ciudad tendrá su festejo en la costanera; pero nosotros tenemos este momento, para dar gracias a Dios por la ciudad en la que vivimos. Nosotros lo hacemos así, en este momento”. 

“Que hoy podamos renovar también la consagración al Sagrado Corazón me parece muy significativo. Que pongamos a esta ciudad, con todos los que vivimos en ella, con sus vecinos, sus adelantos, sus problemas, sus dificultades, sus barrios, la vida de cada uno, de nuestras comunidades cristiana, bajo el cuidado y el amor de Jesús”, continuó. 

Mons. Fenoy subrayó: “Miren que hermoso si de nosotros sacerdotes, laicos, agentes pastorales pudiera decirse que somos simples servidores. La expresión simple en este contexto significa gratuito, quiere decir aquel que hace algo no para que se lo agradezca, sino porque quiere hacerlo, porque tiene el gusto, el placer de hacerlo, Aquel que no espera nada por lo que hace. Y por lo tanto habla de mucha libertad interior”. 

“El discípulo no busca el reconocimiento o el agradecimiento, porque ya tiene algo, y lo que tiene es que se sabe amado. Ese es nuestro secreto, porque el amor de Dios es preveniente, nos ama antes. Por eso nos hace tanto bien sentirnos gratuitos servidores”, agregó. 

Y exclamó: “Que lindo que podamos entrar en el evangelio de hoy y también junto al Señor en la Eucaristía, todo lo gratuito, lo que no se me pide, lo que no se me reconoce, lo que no se me exige, lo que no se premia; lo que hago porque me gusta hacerlo. Lo hago por amor, porque encuentro gozo haciéndolo”. 

En cada consagración -afirmó el arzobispo de Santa Fe- “hay un dar y un recibir. ¿Qué le vamos a dar a Jesús que no tenga ya? El sabernos amados por Él. Le vamos a decir que abrimos nuestro corazón, porque nos sentimos amados por él. Cuando decimos Jesús en vos confío, significa: Confío en que me amás. Eso es lo que espera de nosotros, que aceptemos su amor”. 

“Lo único que nos pide es que nos dejemos amar, y eso se lo vamos a decir juntos: Jesús, nos dejamos amar por vos. Se lo decimos en nombre nuestro y en el de todos los que vivimos en esta ciudad”, finalizó.

Luego de la celebración se realizó una vigilia de adoración eucarística y monseñor Fenoy invocó la protección de Nuestra Señora de Guadalupe para esa jurisdicción eclesiástica.+