Jueves 14 de noviembre de 2024

Día patrio: La Acción Católica pide crecer en la cultura de la vida, el encuentro y la compasión

  • 25 de mayo, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
En un mensaje por el 25 de Mayo, la institución laical eleva una plegaria por trabajo, para que no falte el plato de comida y el sustento necesario. Y propone la educación como motor del desarrollo.
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En un mensaje por el 214° aniversario del primer gobierno patrio, la Acción Católica Argentina elevó una plegaria a Dios pidiendo que "en nuestra bendita tierra crezca la cultura de la vida, del encuentro, del bien y de la compasión".

"Vida digna para cada persona que habita el pueblo argentino. Que el escándalo de la pobreza, del descarte, del narcotráfico y todas sus secuelas dejen de ensombrecer el día a día de las y los argentinos", rogó y pidió: "Trabajo, para que en cada hogar no falte el plato de comida y el sustento necesario, forjado en el empeño perseverante de cada persona".

La institución laical hizo hincapié en la "educación, como motor del desarrollo social, económico y democrático que posibilite igual de oportunidades" y también en la solidaridad, para "tender nuestras manos a los más débiles, a los que más necesitan de la fraternidad que sostiene en el camino cuando la crisis nos atraviesa".

"Reconciliación, diálogo y amistad social entre nosotros y con los pueblos del mundo, a fin de encontrar caminos de de paz", agregó.

"A María de Luján, en este 25 de mayo, le confiamos nuestras manos, nuestra esperanza y nuestra entrega de cada día. Que su manto proteja al pueblo argentino", concluyó.

Texto del mensaje
Un nuevo 25 de mayo nos invita a levantar nuestro corazón al cielo, y con los pies en la tierra, invocamos:

Al buen Dios queremos agradecer por el don de nuestra bendita tierra, por su gente y por los valores presentes en el corazón de su pueblo.

Ante Él nos reconocemos hermanos y hermanas en una comunidad de personas que compartimos territorio, una historia, una cultura y un destino común que nos hacen pueblo y nación.

A Dios, Padre de bondad, le damos gracias por la sabiduría de los pueblos originarios y por el abrazo generoso que a lo largo de los años cobijó a tantos inmigrantes que llegaron a nuestra tierra en busca esperanzada de un futuro mejor.

A Dios, Padre creador, le agradecemos la riqueza de nuestro suelo, la belleza de los montes, la pampa, la cordillera, los ríos y el mar, que debemos cuidar con respeto como obra salida de sus manos.

A su Hijo Jesucristo queremos, con humildad, pedirle en este día:

Vida digna para cada persona que habita el pueblo argentino. Que el escándalo de la pobreza, del descarte, del narcotráfico y todas sus secuelas dejen de ensombrecer el día a día de las y los argentinos.

Trabajo, para que en cada hogar no falte el plato de comida y el sustento necesario, forjado en el empeño perseverante de cada persona. Que en nuestra patria no crezca la desocupación ni el trabajo precario, que el crecimiento económico no se base en un sistema injusto donde el dinero sea más importante que las personas y donde predomine la ley del más fuerte.

Educación, como motor del desarrollo social, económico y democrático que posibilite igual de oportunidades.

Vivienda, que cobije los sueños de las familias, los proteja de la intemperie, les dé un lugar para el encuentro y el reposo.

Salud, que permita acceso a los cuidados médicos a todo ser humano.

Justicia, respeto por la ley y la fidelidad a la palabra dada alejando de nosotros las cadenas de la corrupción, la complicidad y la mentira.

Solidaridad, para tender nuestras manos a los más débiles, a los que más necesitan de la fraternidad que sostiene en el camino cuando la crisis nos atraviesa.

Respeto entre nosotros, como forma de relacionarnos sin insultos, aceptando nuestras diferencias.

Reconciliación, diálogo y amistad social entre nosotros y con los pueblos del mundo, a fin de encontrar caminos de de paz.

Al Espíritu Santo nos abrimos para que nos aliente en la parresia de sostener nuestros ideales y convicciones en la esperanza activa de convertir los tiempos difíciles en aurora de bienaventuranza.

Que como aquellos próceres, que se animaron en 1810 a dar horizontes nuevos, contrarrestemos la cultura del individualismo, de la indiferencia y del descarte, para que crezca en nuestra bendita tierra la cultura de la vida, la ternura, del bien y de la compasión.

A María de Luján, en este 25 de mayo, le confiamos nuestras manos, nuestra esperanza y nuestra entrega de cada día. Que su manto proteja al pueblo argentino.+