"Gocemos de la Pascua, que es eterna", deseó Mons. Frassia
- 2 de mayo, 2019
- Avellaneda (Buenos Aires) (AICA)
"Lo más importante es que lo eterno, lo absoluto, entró en el tiempo para siempre. Por eso, el sacrificio de Cristo, en su Pascua, es una vez para siempre. Y como es eterno y absoluto es siempre el mismo misterio, presente siempre", expresó el obispo de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia, al reflexionar sobre el Evangelio del II domingo de Pascua.
Y prosiguió: "Cuando la Iglesia celebra la Eucaristía repite el misterio -el de la crucifixión, muerte y resurrección- porque la presencia de Cristo, lo absoluto, está aquí en medio de nosotros por siempre y para siempre, dándole sentido a nuestra existencia, transformando nuestra vida en una vida nueva, quitando las cosas viejas, oscuras y pecaminosas, llevándonos hacia una misión de la que todos somos tomados y enviados. De ahí que no hay que tener miedo, porque el miedo acovacha, encierra, achica, limita".
"Que la presencia del Resucitado -concluyó- nos dé fuerza para seguir anunciando esta gran verdad: "¡Es cierto, es verdad, Cristo está vivo, ha resucitado; está en medio de nosotros hasta el final de los tiempos!" ¡Gocemos de la Pascua!+