Jueves 26 de diciembre de 2024

Francisco recuerda al padre Puglisi asesinado por la mafia hace 30 años

  • 20 de agosto, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa escribió una carta al arzobispo de Sicilia en la que destaca el compromiso del sacerdote junto a los más pequeños y jóvenes para rescatarlos de la delincuencia.
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Treinta años después de la muerte del sacerdote italiano Pino Puglisi, asesinado por el crimen organizado la noche del 15 de septiembre en el barrio Brancaccio de Palermo y beatificado el 25 de mayo de 2013, el Papa Francisco quiso unirse espiritualmente a la arquidiócesis de la capital siciliana con un carta dirigida al arzobispo, monseñor Corrado Lorefice, en la que invita a los sacerdotes a seguir "el ejemplo del sacerdote mártir de la fe, a cuidar de los pobres, de los más débiles y de los últimos, a estar unidos contra el silencio y a tener una atención particular por los jóvenes".

El Papa recordó que el padre Puglisi concluyó su existencia terrena "trágicamente en ese mismo lugar donde había decidido ser un 'pacificador', esparciendo la semilla de la Palabra que salva, que anuncia el amor y el perdón en un territorio para muchos 'árido y pedregoso'".

El barrio de Brancaccio, la iglesia de campaña de don Pino
Era su cumpleaños cuando don Pino fue asesinado en la calle, y precisamente las calles del barrio de Brancaccio “eran la Iglesia de campo que servía con sacrificio y camino durante su ministerio pastoral para encontrar a la gente -subrayó Francisco- en una tierra conocida por él. y que nunca se cansó de cuidar y regar con el agua regeneradora del Evangelio”. Porque quería que "todos pudieran saciar su sed y gozar del refrigerio del alma para afrontar las durezas de una vida que no siempre ha sido misericordiosa". 

"Lo esperaba" dijo el sacerdote a su asesino con una sonrisa, una sonrisa mencionada por el Papa durante la misa celebrada con motivo de su visita a Palermo hace cinco años que todavía "llega como 'una luz suave que se adentra y ilumina el corazón'”.

Francisco destacó que "siguiendo el ejemplo de Jesús, don Pino fue hasta el final enamorado, él que tenía los mismos rasgos que el manso y humilde 'buen pastor', que conocía uno a uno a los muchachos que intentaba arrebatar a la calle y al inframundo".

"Ellos son el testimonio de un hombre de Dios que amaba a los pequeños y a los indefensos, los educaba en la libertad, en el amor a la vida y en el respeto por ella". Comprometido incansablemente en la "defensa de la familia, de tantos niños destinados demasiado pronto a la edad adulta y condenados al sufrimiento, comunicándoles los valores de una existencia más digna. No se detuvo, se entregó por amor abrazando la Cruz hasta el derramamiento de sangre”, prosigió el Papa.

“Si cada uno de nosotros hace algo, entonces podemos hacer mucho”
Francisco pidió a los pastores de Sicilia que "no se detengan ante las numerosas heridas humanas y sociales de hoy, que deben curarse con el óleo del consuelo y el bálsamo de la compasión".

“La opción preferencial por los pobres es urgente; son rostros que nos interpelan y nos llevan a la profecía -dijo el Papa- que nos exhorta a un discernimiento sinodal para iniciar una renovada pastoral que corresponda concretamente a las necesidades de hoy”.

“Los exhorto, por tanto, a sacar a la luz la belleza y la diferencia del Evangelio -continuó el pontífice-, haciendo gestos y encontrando los lenguajes adecuados para manifestar la ternura de Dios, su justicia y su misericordia”. Todos los signos necesarios para construir una "nueva humanidad". Y recordando la "sabiduría práctica y profunda" de don Pino, a quien "le encantaba decir: 'Si cada uno de nosotros hace algo, entonces podemos hacer mucho'".

Caminar juntos
El padre Puglisi también "luchó para que nadie se sintiera solo ante el desafío de la degradación y los poderes ocultos del crimen", señaló Francisco e hizo notar "cómo el aislamiento, el individualismo cerrado y sigiloso son armas poderosas de los que quieren someter a los demás a los propios intereses".

Ante todo esto, "la respuesta es la comunión, caminar juntos, sintiéndonos un cuerpo, miembros unidos a la Cabeza", escribió el Papa que animó a los sacerdotes a vivir "en armonía en Cristo, ante todo dentro del presbiterio, junto con los obispo” y entre ellos.

Finalmente, el Santo Padre pidió a los sacerdotes que diariamente deben afrontar "las responsabilidades del ministerio sacerdotal en contacto con las realidades" del territorio, que sean "siempre y en todas partes la verdadera imagen del Buen Pastor acogedor", que tengan "el coraje atreverse sin miedo e infunsan esperanza especialmente en los más débiles, los enfermos, los que sufren, los migrantes y los que han caído y quieren ser ayudados a levantarse”.

“Entonces dejen que los jóvenes estén en el centro de su preocupación: son la esperanza del futuro”, concluyó el Papa, quien vuelvió a recordar “la sonrisa desarmante del padre Pino Puglisi”. “Los animo a ser discípulos alegres y audaces, disponibles sobre todo a esa constante conversión interior que nos hace más dispuestos al servicio de los hermanos.+