Fue en una carta a los fieles de Nicaragua que celebran la novena a la Inmaculada Concepción, en la que los alentó a perseverar.
En ella, Francisco advierte sobre "la proliferación de memorias, a menudo falsas, artificiales e incluso mentirosas, y una ausencia de historia y de conciencia histórica".
Lo hizo en una carta con motivo del Año Jubilar por el 150° aniversario de la llegada a Pompeya del cuadro de la Virgen del Rosario, cuyo rezo pidió que se inculque especialmente en los jóvenes.
En una carta dirigida al obispo Jacques Habert, de Bayeux y Lisieux, Francisco recuerda los 80 años de la irrupción de las tropas aliadas, para condenar y rechazar la guerra de manera inequívoca.