Francisco: No hay cultura ni belleza si se explota el trabajo esclavo

El Papa lamentó el "silencio cómplice y ensordecedor de muchos" en relación con el trabajo esclavo y criticó los "perversos mecanismos de explotación que dañan la dignidad de las personas".

Con una carta publicada por los diarios italianos  "Secolo XIX" y a "La Stampa", el papa Francisco respondió al escritor y periodista Maurizio Maggiani, quien en una misiva le preguntó al pontífice: "¿Vale la pena producir belleza gracias a los esclavos?", al manifestar su vergüenza por descubrir que libros de su autoría y de otros eran impresos gracias a la explotación que sufrían trabajadores migrantes paquistaníes.

"No estás haciendo una pregunta ociosa porque está en juego la dignidad de las personas, esa dignidad que hoy con demasiada frecuencia y facilidad se pisotea con el 'trabajo esclavo', en el silencio cómplice y ensordecedor de muchos", advirtió el Papa.

Francisco lamentó como "incluso la literatura, el pan de las almas, expresión que eleva el espíritu humano, está herida por la voracidad de una explotación que actúa en las sombras borrando rostros y nombres".

Asimismo, aseguró que "publicar escritos hermosos y edificantes creando injusticias es en sí mismo injusto. Y para un cristiano, cualquier forma de explotación es pecado".

En relación a qué se puede hacer frente a estas situaciones, el pontífice sostuvo que "renunciar a la belleza sería a su vez injusto, una omisión del bien", por lo que recordó: "El bolígrafo o el teclado de la computadora, ofrecen otra posibilidad: denunciar, escribir incluso cosas incómodas para sacar a la gente de la indiferencia, estimular las conciencias, perturbarlas para que no se dejen anestesiar por el yo no".

Tras instar a que la cultura no se deje "subyugar" por el mercado, Francisco planteó: "Necesitamos esto, una denuncia que no ataque a las personas, sino que saque a la luz las oscuras maniobras que en nombre del dios del dinero ahogan la dignidad del ser humano. Es importante denunciar los mecanismos de la muerte".

El Papa abogó por dar "una fuerte señal" y "renunciar a posiciones y comodidades para dar cabida a los que no tienen espacio" y "testificar que es posible una economía diferente, a escala humana".+