Francisco alentó a que viejas y nuevas generaciones "caminen juntas"
- 23 de octubre, 2018
- Ciudad del Vaticano
En el marco del Sínodo de Obispos sobre "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional", el papa Francisco dialogó con jóvenes y ancianos de todo el mundo. El encuentro se produjo durante la presentación del libro "La Sabiduría del Tiempo", un proyecto global para promover el diálogo entre jóvenes y ancianos, compartiendo sus experiencias de vida con el fin de que viejas y nuevas generaciones "caminen juntas".
Reunidos en el Instituto Patrístico Augustinianum de Roma, institución universitaria que pertenece a la Orden de San Agustín, y está afiliada a la Pontificia Universidad Lateranense, el Pontífice dialogó con jóvenes y ancianos de todo el mundo.
Se trató de un acontecimiento especial, deseado por el Pontífice para promover el diálogo entre jóvenes y "adultos mayores"; un proyecto global que viene plasmado en el libro titulado "La Sabiduría del Tiempo", en el que se ofrece la recopilación de 250 entrevistas realizadas en más de 30 países, en colaboración con la organización sin fines de lucro Unbound, y el compromiso de un grupo de casas editoriales coordinadas por la americana Loyola Press.
En dicho libro, los mayores cuentan sus experiencias de vida a las nuevas generaciones, con el fin de crear "una nueva alianza", de manera que el testimonio de unos ayude al desarrollo espiritual de otros y puedan así, "caminar todos juntos".
El libro, que será publicado simultáneamente en los Estados Unidos e Italia y está en curso de edición en varios idiomas, es la piedra angular de esta iniciativa y recoge una amplia selección de relatos que el papa Francisco comenta en diálogo con el padre Antonio Spadaro, sacerdote jesuita y director de La Civiltà Cattolica, encargado además de la edición italiana publicada por Marsilio Editori.
La iniciativa está basada en la fuerte intuición que ha tenido el Papa de mantener unidas las nuevas y las viejas generaciones, ya que en numerosas ocasiones Francisco reitera que los ancianos "son la memoria de un pueblo", que un pueblo sin memoria "no sabe de dónde viene", y por ende, no sabe hacia dónde se dirige.
Es por ello que el pontífice insiste a los jóvenes que hablen con sus abuelos, que hablen con los mayores y que conozcan sus raíces: "No para encerrarse en ellas sino para tomar lo mejor y dar frutos".
La presentación fue ocasión para poner en práctica las palabras del Obispo de Roma, en el marco del Sínodo dedicado a los jóvenes, y en camino a la JMJ 2019.
En este contexto, Francisco contestó abiertamente a las preguntas que le formularon varios jóvenes y ancianos respondiendo de manera espontánea y con el corazón a cuestiones sobre el trabajo, la vida, la trasmisión de la fe, el amor, el dolor y la muerte.
El obispo de Roma hizo especial hincapié en la importancia de soñar, independientemente de la edad que uno tenga, ya que los sueños "no son una mera utopía", sino formas de abrir nuevos horizontes hacia un mundo mejor. "Si los ancianos no sueñan, los jóvenes no pueden ver el futuro", recordó.
En cuanto al tema planteado sobre cómo transmitir la fe a los hijos y a la familia, "a menudo tentada por las nuevas ideologías individualistas y superficiales", el Santo Padre destacó la importancia de "acompañar con el testimonio cristiano y una presencia que no acusa ni juzga, sino que escucha con una postura abierta al diálogo".
"La fe se transmite en dialecto, en el lenguaje de la familia y a través del buen ejemplo", manifestado en gestos de bondad y caridad, explicó Francisco.
En cuanto al acompañamiento de los ancianos, el Pontífice alentó a las nuevas generaciones a "tomar como propios los sueños de los mayores", a escucharlos y a empezar a soñar al igual que sueñan ellos, "cargando sobre nuestras espaldas el peso de la responsabilidad de sus sueños", que han impulsado gran parte de los beneficios de los que hoy gozan los jóvenes en las sociedades modernas: sueños de libertad, fraternidad, bienestar y unidad.
En cuanto a la violencia y la discriminación que imperan en muchos ambientes y que hostigan de forma especial a muchos migrantes, el Papa recordó que Europa fue migrante y que todos tenemos en nuestra historia, "un pasado migratorio"; por lo que debemos "recibir a los que vienen a nuestra tierra" y no sólo eso, "ayudarlos en la integración para que sean parte de la sociedad, como uno más".
El Santo Padre concluyó agradeciendo a todos la enorme labor que ha hecho posible la elaboración de este libro y alentó, "a no dejar nunca de luchar por nuestros sueños".
Participó también de la actividad el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, presidente del Comité Organizador de la Jornada Mundial de la Juventud 2019, quien subrayó la importancia de que las sociedades dejen atrás el individualismo, y sean capaces de crear lazos entre los distintos grupos poblacionales, para garantizar una sociedad más rica en valores, y más fuerte en unidad.
"La existencia de las relaciones intergeneracionales implica que en las comunidades se posea una memoria colectiva, pues cada generación retoma las enseñanzas de sus antecesores, dejando así un legado a sus sucesores. Esto constituye marcos de referencia para cimentar sólidamente una sociedad en el mundo actual", afirmó el prelado.+