Episcopados de Chile y Bolivia recuerdan que son "pueblos hermanos"
- 1 de octubre, 2018
- Santiago (Chile) (AICA)
Antes de conocerse el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, que rechazó que Chile tenga obligación de negociar un acceso soberano al océano Pacífico para Bolivia, las conferencias episcopales chilena y boliviana difundieron un comunicado conjunto en que recuerdan que "somos dos pueblos hermanos, unidos por la fe y por la experiencia de comunión, de fraternidad y solidaridad que caracterizan nuestras relaciones mutuas y las de nuestras Iglesias".
El máximo tribunal internacional desestimó este lunes la demanda del gobierno de Bolivia presentada hace cinco años.
"Por 12 votos contra 3, la República de Chile no está obligada jurídicamente a negociar un acceso soberano al océano Pacífico para el Estado plurinacional de Bolivia", subrayó el fallo leído por el presidente del tribunal, Abdulqawi Ahmed Yusuf.
Los episcopados de Chile y Bolivia sostienen que "por pertenecer a América Latina, somos una unidad geográfica y cultural que la gente de nuestros pueblos sabe reconocer y expresar a través de tantos signos de integración, relaciones interpersonales y muestras de religiosidad popular que traspasan fronteras".
A juicio de los pastores de ambas naciones, "la realidad de la unidad, que se muestra en los deseos e intentos de integración regional, no siempre coronados por el éxito, nos hace constatar también la falta de concordia por contradicciones y brechas de estridentes desigualdades y marginaciones. Sin embargo, nuestros pueblos tienen vocación de paz".
"Como pastores de la Iglesia Católica, queremos facilitar el conocimiento mutuo y el compartir de experiencias para superar las divisiones entre nuestras naciones. Ante la proximidad de la sentencia del Tribunal Internacional de la Haya, nos sentimos llamados a ser instrumentos de unidad, siguiendo el deseo de Cristo: ?Padre, que todos sean uno?", añade la declaración.
Finalmente, los obispos chilenos y bolivianos invitan a todos los católicos y a las personas de buena voluntad de los dos países "a acatar la sentencia con fe, paz y sensatez, espíritu constructivo y fraterno y, más allá de lo que el Tribunal decida, ejercer nuestra responsabilidad como instrumentos de integración, justicia y unidad entre nuestros pueblos, manteniendo y profundizando un trabajo común como pueblos hermanos, particularmente en favor de los más desposeídos".+