Encuentro de la Pastoral Penitenciaria de la diócesis de Goya
- 17 de noviembre, 2023
- Goya (Corrientes) (AICA)
Participaron representantes de pastorales de los departamentos de Curuzú Cuatiá, Mercedes, Monte Caseros, Sauce, Lavalle, Esquina y Goya. El lema que acompañó la jornada fue "Extendiendo la carpa".
Un grupo de 20 representantes de pastorales provenientes de los departamentos de Curuzú Cuatiá, Mercedes, Monte Caseros, Sauce, Lavalle, Esquina y Goya, participaron del Encuentro Diocesano de Pastoral Penitenciaria de la diócesis de Goya (Corrientes), que se realizó en la parroquia Nuestra Señora del Rosario con el lema “Extendiendo la carpa”.
La jornada, de la que participó el obispo local, monseñor Adolfo Canecín, fue coordinada por el presbítero Diego Villalba, capellán del servicio penitenciario y asesor diocesano de esa pastoral.
Durante el encuentro, los agentes de pastorales compartieron sus experiencias “en el caminar misericordioso del Señor, que no duda en repartir su amor por las alcaidías, cárceles, comisarías y en los diferentes lugares donde están las personas privadas de la libertad”, comentaron los representantes del encuentro.
El padre Villalba destacó que el trabajo en las cárceles es un “desafío”, ya que “no es una pastoral ordinaria especial y, en esa línea, el objetivo fue “caminar juntos con todos los equipos que acompañan y visitan a los privados de libertad, con el objetivo de dignificarlos y alimentar su esperanza”. “Somos un signo de Dios en medio de la cárcel”, agregó el sacerdote.
Por su parte, monseñor Canecín, quien es miembro del equipo nacional de la Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), animó a los participantes a continuar acompañando y visitando a los privados de libertad, en una “pastoral de misericordia, reconciliación y esperanza que haga visible, en el ámbito penal y penitenciario, el amor de Dios al hombre”.
El obispo instó también a formar equipos en el interior de la diócesis de Goya y a “sensibilizar en las parroquias sobre nuestros hermanos que están en las cárceles, descubriendo en cada privado de libertad el rostro de Cristo, que nos dice: ‘Estuve preso y me vinieron a ver’".
Finalmente, señaló: “Nuestra presencia en las cárceles es humilde y sencilla, y quiere ser sobre todo un signo de la infinita misericordia del Dios de la libertad y de la vida, que nunca abandona a quienes más lo necesitan”.+