El Sagrado Corazón de Jesús nos dice: "Aquí estoy yo", afirmó Mons. Baliña
- 1 de julio, 2019
- Buenos Aires (AICA)
La parroquia Sagrado Corazón de Jesús, del barrio porteño de Barracas, celebró su fiesta patronal con la tradicional peregrinación, que partió desde la catedral metropolitana y reunió a una multitud de fieles que, bajo la lluvia, caminaron hasta el templo donde el obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la Zona Centro, monseñor José María Baliña, presidió la misa.
Luego del rezo del rosario, guiado por el presidente de la Sociedad de Peregrinos a pie a Luján, Hugo Vargas, centenares de fieles partieron desde la catedral metropolitana de Buenos Aires y recorrierron los barrios de San Telmo, La Boca y Barracas bajo la lluvia, hasta llegar al templo donde participaron de la misa presidida por monseñor José María Baliña, obispo auxiliar de Buenos Aires y vicario episcopal de la Zona Centro, y concelebrada por el párroco, padre Sebastián García SCJ.
Durante la manifestación pública de fe, con las imágenes del Sagrado Corazón y la Virgen de Luján, se rezó por los argentinos, y también por las vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales. Además, se repartieron las estampas con el manto que usó el Sagrado Corazón el año pasado. Se destacó la participación de jóvenes guías y scouts.
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En su homilía, monseñor Baliña se refirió a la alegría "brota de algo grandioso, de algo maravilloso, que nos sorprende, que nos alegra, que nos hace bien. Y eso es lo que nos hace el Sagrado Corazón de Jesús, el Buen Pastor. Por eso venimos en medio de la lluvia, del frío, a algo aún más grande que nos atrae y que nos alegra", afirmó.
El Señor, señaló el prelado, "nos ve sin esperanza, a oscuras, y nos dice: ?aquí estoy yo, estoy al lado tuyo. Soy fiel, nunca te voy a faltar?. Esa es la alegría que tenemos nosotros, de decir: Dios viene a nuestro encuentro", aseguró, y añadió: "Cualquier cosa que nosotros podamos sufrir, ahí está Jesús, siempre con nosotros, siempre al lado".
"El motivo de la alegría no es que la muerte lo destruyó, sino que su amor superó la muerte, resucitó y vive. Esa vida es la que nos comparte, esa vida en abundancia", destacó.
"Ese Espíritu Santo que se derrama en nuestros corazones es el amor de Jesús que viene a vivir en nosotros, y nos va congregando, haciendo que estemos más unidos entre nosotros, en comunión con Él. Sólo Su amor puede vencer todo lo que nos entristece, nos separa y nos divide. Eso es lo que venimos a celebrar, a agradecer, a alabar, y a ponernos bajo su mirada para que nos encienda esa luz, para que después podamos llevarle a los otros, para decirles: hay alguien que está cerca tuyo", concluyó.
Antes de finalizar la celebración, el presidente de la Sociedad de Peregrinos a pie al Santuario de Nuestra Señora de Luján, Hugo Vargas, leyó la carta enviada por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, en ocasión de esta 58ª Peregrinación anual a pie en familia desde la catedral metropolitana a la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús de Barracas.
En su carta, el purpurado aseguró su participación espiritual en esta piadosa jornada que se realiza "durante el mes dedicado a adorar al Amor y la Misericordia del Sagrado Corazón de Jesús, de quien afirma San Buenaventura: ?¡Cuán bueno y adorable es morar en ese Corazón!?".
"Al aparecerse a Santa Margarita le pidió algo más que admiración ?He aquí este corazón que tanto amó a los hombres y como agradecimiento no ha recibido sino ingratitud. Al menos dame ese gusto de suplir las ingratitudes, con todo cuanto seas capaz?", recordó el cardenal Poli.
"Entremos entonces en la intimidad del Corazón de Jesús, por mediación del Inmaculado Corazón de María presentándole nuestra adoración, acción de gracias y peticiones: por nuestra patria y sus gobernantes, por Su Santidad Francisco, por la Iglesia Universal, por nuestro Sínodo Arquidiocesano, por la paz en el mundo, particularmente los países en conflicto, por los emigrantes, para que se les facilite el techo y el trabajo digno, por nuestros familiares, nuestros niños, jóvenes y mayores, por nuestros queridos enfermos", rogó.+