Viernes 15 de noviembre de 2024

El Papa recordó el testimonio misionero del padre Matteo Ricci

  • 31 de mayo, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco dedicó la audiencia general de hoy en la Plaza de San Pedro enteramente al apóstol jesuita de China, que sobresalió por su sentido de la amistad y su coherencia.
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Matteo Ricci fue grande no por ser científico, por su valentía, por los muchos libros que pudo haber escrito, sino “porque fue coherente con su vocación, con el deseo de seguir a Jesús”, dijo hoy el Papa Francisco, al dedicar la audiencia general con los grupos de peregrinos presentes hoy en la Plaza de San Pedro al gran jesuita, apóstol de China.

Continuando su ciclo de catequesis sobre el tema del celo en la evangelización, después de San Francisco Javier y San Andrés Kim, el pontífice se centró hoy en otra figura crucial en cuanto a la facilitación del encuentro del Evangelio con los pueblos de Asia. Y precisamente el contexto local de ese momento fue fuertemente subrayado por el pontífice: “Después de los intentos de Francisco Javier, otros 25 jesuitas habían intentado en vano entrar en China -recordó el Papa-. Pero Ricci y un hermano suyo se prepararon muy bien, estudiando detenidamente el idioma y las costumbres chinas, y al final lograron instalarse en el país”.

Matteo Ricci “siempre siguió el camino del diálogo y la amistad con todas las personas que encontraba, y esto le abrió muchas puertas para proclamar la fe cristiana. Su primera obra en chino fue un tratado sobre la amistad, que tuvo gran resonancia”. Francisco recordó la elección de Ricci de asumir el estilo de vida y la vestimenta de los hombres de letras del país, su estudio de los textos clásicos de la cultura china para "poder presentar el cristianismo en un diálogo positivo con la sabiduría confuciana y con los usos y costumbres de los chinos". Una "inculturación" -dijo- similar a la que realizaron los Padres de la Iglesia de los primeros siglos en relación con la cultura griega.

Incluso su excelente preparación científica suscitó interés y admiración, "empezando por su famoso globo terráqueo, el mapa de todo el mundo conocido entonces, con los diferentes continentes, que reveló a los chinos por primera vez una realidad exterior a China mucho más amplia que la que alguna vez pensaron". Pero el trabajo de Matteo Ricci -añadió- “nunca hubiera sido posible sin la colaboración de sus grandes amigos chinos, como el famoso doctor Paolo (Xu Guangqi) y el doctor Leone (Li Zhizao)”.

Sin embargo, todas estas dimensiones no deben "ocultar la motivación más profunda de todos sus esfuerzos: el anuncio del Evangelio". “En Matteo Ricci-comentó Francisco- vieron a un hombre tan inteligente, tan sabio, tan hábil en llevar adelante las cosas y tan fiel. Y dijeron: lo que predica es verdad. Dio testimonio con su propia vida de lo que proclamaba y esta es la coherencia de los evangelizadores que se aplica también a nosotros. Puedo recitar el Credo de memoria -añadió el Papa- Puedo decir todas las cosas en las que creemos, pero si tu vida no es coherente, es inútil. Lo que atrae a la gente es la constancia, vivir lo que decimos”.

Matteo Ricci murió en Beijing en 1610, a la edad de 57 años, consumido por las fatigas de la misión. “Su espíritu misionero y su amor por el pueblo chino -concluyó el pontífice- constituyen todavía un modelo, pero lo que es más actual es su coherencia de vida. Hermanos y hermanas, preguntémonos también nosotros: ¿soy consecuente?”.+