Francisco dedicó la audiencia general de hoy en la Plaza de San Pedro enteramente al apóstol jesuita de China, que sobresalió por su sentido de la amistad y su coherencia.
Dos estatuas del pionero de la misión en China y su primer discípulo fueron inauguradas ayer en la casa natal del jesuita, en Macerata (Italia), en presencia del cardenal Pietro Parolin.
Una delegación de la diócesis de Hong Kong encabezada por su obispo, monseñor Stephen Chow SJ, participó de la vigilia de oración por el misionero jesuita, declarado venerable en diciembre pasado.