El Papa recibió a docentes y estudiantes del Instituto Ambrosoli
- 22 de mayo, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El papa Francisco recibió a 40 alumnos de 5° año de la escuela profesional Ambrosoli, donde se registró el primer caso de Covid-19 en Italia.
El papa Francisco recibió en el Vaticano a cuarenta alumnos de quinto año del Instituto Profesional Ambrosoli, de la localidad de Codogno, en la provincia lombarda de Lodi, a 45 kilómetros de Milán, donde se registró el primer caso de Covid-19 en Italia y en Europa. En su discurso el Papa les recordó que la escuela es un lugar "para convertirse en ciudadanos conscientes y responsables" y para experimentar amistades reales, no virtuales.
El pontífice les pidió a los estudiantes de Codogno, la ciudad lombarda del "paciente N° 1 y la primera zona roja de Italia, que aprendan algo también de la "experiencia negativa" de la pandemia del Covid-19 como "la importancia de las relaciones interpersonales reales, no virtuales", mediadas por los medios sociales, y "un mayor sentido crítico en el uso de estas herramientas". Con la esperanza de cerrar bien este año escolar "no sólo en cuanto a las notas, sino también y sobre todo en cuanto los rostros". (Aquí Francisco con humor hizo un juego de palabras entre notas “voti” en italiano y “volti", rostros.)
Los alumnos del Ambrosoli asistieron en representación de los tres ramos: mecánica, finanzas y hostelería. También asistieron algunos profesores y personal de la escuela, todos acompañados por monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, y natural de Codogno a quien Francisco calificó como "el ciudadano quizás más famoso de Codogno".
El encuentro con el Papa fue por iniciativa de uno de sus profesores de religión, el presbítero Antonello Martinenghi, quien sugirió que los chicos escribieran a Francisco y le contaran el dolor que vivieron pero también las esperanzas de sus familias. Un padre que perdió su trabajo por ser "de Codogno"; otro que fue puesto en subsidio de paro y estuvo más de un año "en casa enmoheciéndose".
En su saludo, el Papa recordó que este encuentro debería haber tenido lugar el pasado mes de febrero, en el aniversario del inicio de la pandemia en Europa, precisamente en Codogno y agradeció que la idea haya surgido de la escuela porque "en el contexto de esta dura prueba, representa un signo de esperanza". En primer lugar porque es "un lugar educativo por excelencia", y luego "porque es un instituto técnico-profesional, es decir, que prepara directamente a los jóvenes para el trabajo; y es precisamente el trabajo, el empleo, una de las víctimas de esta pandemia. Por lo tanto, son un doble signo de esperanza".
Francisco contó entonces que "en estos meses recibí noticias de varias experiencias muy positivas vividas por grupos de profesores y estudiantes, en Italia y en otros países". Experiencias que demuestran que cuando la generatividad de los profesores se encuentra con los "sueños" de los estudiantes, ¡no hay virus que pueda detenerlos! Ustedes, chicos y chicas, tienen una fuerza en su interior, un deseo que, si es estimulado y acompañado con sabiduría y pasión por los adultos, da frutos sorprendentes.
El pontífice reiteró que "hacen falta profesores que sean 'maestros' en el sentido más noble del término". Y que, en un instituto como el "Ambrosoli" hagan hincapié en "el vínculo entre aprender y hacer, entre el estudio y la actividad, entre la 'cabeza' y las 'manos', vinculándolos, sin embargo, a otra "dimensión esencial", la del "corazón", es decir, los deseos, las aspiraciones, los afectos. Para llegar a la coherencia de hacer "lo que uno siente y piensa".
Estas tres dimensiones, explicó, "deben interactuar siempre en la escuela, ya que están conectadas en la persona, en el camino de la vida. Cabeza, corazón y manos: un círculo que debe mantenerse siempre abierto y dinámico".
El papa Francisco recordó que "la dimensión relacional entre ustedes, los estudiantes, y los profesores, fue castigada en los largos meses de aprendizaje a distancia". Una relación "presencial" que ahora debería reanudarse plenamente, espera el Papa, que invitó a los estudiantes "a aprender de esta carencia". La experiencia negativa del encierro puede enseñar algo: "la importancia de las relaciones interpersonales reales, no virtuales".
"Ustedes son hijos de la sociedad digital, que abrió nuevas vías de conocimiento y comunicación; pero ahora sabemos bien que existe el peligro de encerrarse en sí mismo y ver siempre la realidad a través de un filtro que sólo en apariencia aumenta nuestra libertad".
El deseo de Francisco es que la experiencia de la pandemia, con esta "abstinencia" de relaciones de amistad, "estimule en ustedes, que son conscientes de ello, un mayor sentido crítico en el uso de estos instrumentos; para que sigan siendo tales, es decir, instrumentos, sometidos a nuestra inteligencia y voluntad". Y recordó a los jóvenes estudiantes que "serán el futuro si son el presente. Ustedes son el presente en la sociedad. Sin los jóvenes, una sociedad está casi muerta. Ustedes son el presente porque traen vida nueva".
"Les deseo -concluyó el Papa- un buen final de curso. Que cada uno de ustedes sienta el deseo de dar gracias a Dios por la oportunidad de la escuela: un lugar en el que se crece con la cabeza, con las manos y con el corazón; un lugar donde se aprende a vivir las relaciones de forma abierta, respetuosa, constructiva; un lugar donde se convierten en ciudadanos conscientes y responsables.+