El Papa pide a los comunicadores católicos compartir el Evangelio con el corazón
- 12 de enero, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
El Santo Padre se reunió con los participantes en un retiro de formación espiritual celebrado en Roma para comunicadores católicos que sirven a la Iglesia en Francia.
El Papa Francisco recibió este viernes en el Vaticano a un grupo de comunicadores católicos que sirven a la Iglesia en Francia al concluir un retiro de formación espiritual de cuatro días.
Las “Universités des communicants en Église” (UCE) son organizadas periódicamente en diferentes lugares por el Consejo de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Francia (CEF) para comunicadores católicos que trabajan en diócesis, congregaciones religiosas u organizaciones y asociaciones católicas para que compartan cómo hacer su trabajo sea más eficaz. El objetivo de este curso específico en Roma es preparar a los comunicadores de la Iglesia francesa para el Jubileo de la Esperanza en 2025.
Durante su estadía también se reunieron con varios representantes vaticanos, entre ellos el arzobispo Rino Fisichella, prefecto del Dicasterio para la Nueva Evangelización, encargado de la organización de los actos jubilares, y la hermana Nathalie Becquart, subsecretaria de la secretaría del Sínodo de los Obispos.
Al recibirlos el Papa Francisco pronunció su discurso al grupo al inicio de la audiencia en la Sala Clementina, disculpándose que no podía hablar correctamente debido a una “bronquitis leve”.
El desafío de la buena comunicación en el mundo hiperconectado actual
En su discurso, el pontífice destacó la importancia crucial de su misión “en un mundo tan hiperconectado y bombardeado con noticias”, y también de tomarse unos días de descanso en su trabajo “para compartir, orar y escuchar”, ayudándoles a reflexionar sobre cómo abordar mejor los nuevos y complejos desafíos que enfrenta la comunicación de la Iglesia hoy en día.
“Estos momentos sirven para redescubrir la raíz de lo que comunicamos, la verdad de la que estamos llamados a dar testimonio, la comunión que nos une en Jesucristo”, dijo. “Nos ayudan a no caer en el error de pensar que el objeto de nuestra comunicación son nuestras estrategias individuales o negocios; no cerrarnos en nuestras soledades, en nuestros miedos o ambiciones; no centrarlo todo en el progreso tecnológico”.
“El reto de la buena comunicación es hoy más complejo que nunca, y el riesgo es abordarlo con una mentalidad mundana: con la obsesión del control, del poder, del éxito; con la idea de que los problemas son ante todo materiales, tecnológicos, organizativos, económicos”.
La comunicación católica no es propaganda, se trata de cuidar a los demás
Luego, el Papa llamó la atención sobre la importancia de que los comunicadores católicos comuniquen con el corazón “trastocando la perspectiva y las categorías del mundo”. Citó a Santa Teresa de Lisieux, cuyo Jubileo con motivo del 150º aniversario de su nacimiento y del 100º aniversario de su beatificación concluyó recientemente en Francia, como ejemplo del "radicalismo evangélico" que, afirmó, "es muy necesario para una sana comunicación en nuestra sociedad". tiempo “contaminado por palabras rimbombantes, sueños de poder y grandeza”.
Para los comunicadores católicos, comunicar no es propaganda ni marketing, enfatizó el Papa, es estar en el mundo para cuidar de los demás y compartir una lectura cristiana de los acontecimientos; no es ceder ante la cultura de la agresión y la denigración”, insistió.
El Santo Padre indicó a continuación tres palabras clave para su trabajo:
Testimonio cristiano
La primera palabra fue "vital" que, dijo el Papa, es la que hace creíble la comunicación católica. El Obispo de Roma animó a los comunicadores católicos a no dudar en compartir a través de la comunicación todo lo bueno que se hace en sus diócesis, congregaciones y organizaciones religiosas, y a ser creativos y acogedores, mostrando el rostro amoroso de la Iglesia.
“La sociedad quiere y necesita escuchar la palabra de la Iglesia como Madre amorosa de todos”.
Coraje para comunicar el Evangelio
Francisco invitó luego a los comunicadores católicos franceses a no tener miedo de compartir la alegría del Evangelio, incluso si los destinatarios pueden parecer indiferentes, escépticos, si no abiertamente hostiles hacia la Iglesia. “Los hombres y mujeres de nuestro tiempo tienen sed de Dios, buscan el encuentro con Él y lo buscan también a través de ustedes”, afirmó.
Ampliando nuestra mirada mirando a lo lejos
Finalmente, el pontífice llamó a los comunicadores católicos a ampliar su mirada, “mirando el mundo entero en su belleza y complejidad”, centrándose en lo que nos une -en lugar de lo que nos divide- que, dijo, debe ser comunicado “con el creatividad que nace del amor”.
En efecto, el Papa concluyó: “Todo se vuelve más claro -incluso nuestra comunicación- cuando partimos de un corazón que mira con amor”.+