El Papa a los jóvenes macedonios: El mayor miedo es a "vivir paralizados"
- 7 de mayo, 2019
- Skopje (Macedonia del Norte)
"Los sueños nos ayudan a mantener viva la certeza de saber que otro mundo es posible y que estamos invitados a involucrarnos y formar parte de él con nuestro trabajo, con nuestro compromiso y acción", dijo el papa Francisco a los jóvenes macedonios, en el encuentro ecuménico que mantuvo con ellos en el Centro Pastoral Skopie, en el marco de su visita apostólica a Macedonia del Norte. Los jóvenes expusieron ante el Santo Padre sus testimonios e inquietudes y el Papa los alentó a seguir soñando y no caer en e las redes de la "diosa lamentación".
Ante la pregunta de una joven: «¿Sueño demasiado?», el Santo Padre dijo a los jóvenes que "nunca se sueña demasiado" y que uno de los principales problemas de la actualidad y de tantos jóvenes es que han perdido la capacidad de soñar: "Ni mucho ni poco, no sueñan; y cuando una persona no sueña, cuando un joven no sueña, ese espacio es ocupado por el lamento y la resignación" y esto "lo dejamos para los que siguen a la "diosa lamentación" que te engaña, porque "te hace tomar la senda equivocada".
El pontífice pidió a los jóvenes "no darse por vencidos", aun cuando todo parece "paralizado y estancado" o "cuando los problemas personales nos inquietan y los malestares sociales no encuentran las debidas respuestas".
A modo de ejemplo Francisco compartió con uno de sus sueños que se hizo realidad: "Hace unos meses, con un amigo, el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb, también tuvimos un sueño muy parecido al tuyo que nos llevó a querer comprometernos y firmar juntos un documento que dice que la fe nos tiene que mover a los creyentes a ver en los otros a un hermano que debemos sostener y amar, y no dejarnos manipular por intereses mezquinos".
Vivir una buena aventura
El Papa aseguró que la manera más hermosa de ser joven es "vivir una buena aventura" y que la mayor adrenalina que pueden tener es "empeñarse todos los días, con dedicación, en ser artesanos de sueños, artesanos de esperanza" porque "los sueños nos ayudan a mantener viva la certeza de saber que otro mundo es posible y que estamos invitados a involucrarnos y formar parte de él con nuestro trabajo, con nuestro compromiso y acción".
"Es necesario ?explicó más adelante- ser como esos artistas y convertirnos en buenos escultores de los propios sueños. Un escultor toma la piedra en sus manos y lentamente comienza a darle forma y a transformarla, con dedicación y esfuerzo, y sobre todo con muchas ganas de ver cómo esa piedra, por la que nadie daría nada, se convierte en una hermosa obra de arte".
Seguidamente el pontífice los invitó a "no tener miedo de apostar", tampoco de "cometer errores" y a "no paralizarse por inseguridad" porque de lo único que se debe tener miedo es de "vivir paralizados, como muertos en vida, convertidos en seres que no viven porque no quieren arriesgar, porque no perseveran en sus empeños o porque tienen temor a equivocarse."
"Aun si te equivocas siempre podrás levantar la cabeza y volver a empezar, porque nadie tiene derecho a robarte la esperanza".
Seguir el ejemplo de Madre Teresa
"Piensen en la Madre Teresa. Cuando vivía aquí no se imaginaba cómo sería su vida, pero no dejó de soñar y de esforzarse por descubrir siempre el rostro de su gran amor, Jesús, en todos aquellos que estaban al borde del camino. Ella soñó a lo grande y por eso también amó a lo grande".
Y animándolos a seguir el ejemplo de la Madre Teresa les aseguró que aunque a veces encontrarán muchos imprevistos "es importante que los afronten y busquen con creatividad transformarlos en una oportunidad" pero "nunca solos" porque nadie puede pelear solo: "¡Qué importante es soñar juntos! Como hacen hoy aquí, todos unidos, sin barreras. Por favor, sueñen juntos, no solos; con los demás, nunca contra los demás. Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos".
Finalizando su discurso el papa Francisco aconsejó a los jóvenes que experimenten el "cara a cara": "Hemos entrado en la era de las conexiones, pero poco sabemos de comunicaciones. Muy conectados y poco involucrados los unos con los otros".
Involucrarse, pidió el pontífice: "La vida pide involucrarse, exige estar y compartir momentos buenos y no tan buenos". Y por último les aconsejó "escuchar y escucharnos". Especialmente mencionó el Papa "escuchar a los abuelos". "Compartan con sus abuelos", "dediquen tiempo a sus ancianos, a sus mayores, escuchen sus largas narraciones, que a veces parecen fantasiosas, pero que, en realidad, están llenas de experiencias valiosas, de símbolos elocuentes y sabiduría oculta que hay que descubrir y valorar", concluyó el Papa. +