El Papa imploró el don de la paz para Myanmar
- 15 de abril, 2023
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco recordó hoy la labor misionera del Beato Alfredo Cremonesi y pidió oraciones por la antigua Birmania, país donde ese mártir entregó su vida hace unos setenta años.
El papa Francisco se reunió, el sábado 15 de abril, con fieles de la diócesis italiana de Crema y recordó la labor misionera del padre Alfredo Cremonesi, nacido allí y martirizado en Birmania (ahora conocida como Myanmar) hace setenta años. Originalmente, el encuentro estaba programado para después de la beatificación del padre Cremonesi en 2019, pero se retrasó debido a la pandemia de Covid.
El padre Alfredo Cemonesi fue asesinado en el pequeño pueblo de montaña de Donokù por soldados del gobierno, que creían que estaba ayudando a los rebeldes que luchaban por la independencia de Birmania.
“Como saben, Myanmar es una tierra atormentada… que llevo en mi corazón”, dijo el Papa. Hizo un llamado a la oración por el país, pidiendo a los fieles “que imploren de Dios el don de la paz”.
En su discurso, el Santo Padre destacó la tenacidad con la que el padre Alfredo ejerció su ministerio, “entregándose sin cálculo y sin escatimar por el bien del pueblo a él confiado”.
El Santo Padre destacó que el padre Alfredo ejemplificó las cualidades de su Crema natal, en particular con su “piedad robusta, su trabajo generoso, su vida sencilla y su fervor misionero”. Estas virtudes continúan hoy, dijo, no sólo en misioneros como el padre Andrea Mandonico –que estuvo presente para la audiencia– y el padre Pierluigi Maccalli, cautivo en Níger y Malí durante dos años; sino también en la gente de Crema. La voz misionera del padre Alfredo, afirmó, está también encomendada “a todos ustedes, a vuestras palabras y, sobre todo, a su experiencia como comunidad cristiana”.
Características de los misioneros
Recordando unas palabras del padre Alfredo, el Papa dijo que el “espíritu misionero” reconoce que es Dios quien obra a través de los misioneros, y que los mismos misioneros deben caracterizarse por “la humildad, la alegría y el asombro”.
Recordó también la historia de San Lorenzo quien, cuando fue llamado a entregar los tesoros de la Iglesia a los perseguidores romanos, presentó a los pobres de Roma. “Podemos decir que este es el tesoro de la Iglesia”, prosiguió el Papa: “Son ustedes, somos nosotros, todos pobres ante Dios y todos ricos en su amor infinito, que se refleja de forma única en los ojos de cada uno, y de la que somos testigos y misioneros”.
Francisco concluyó su discurso animando a los fieles de Crema a “continuar su camino comunitario con compromiso y entusiasmo”. Y los llamó a cultivar la comunión, la colaboración, la acogida y la inclusión, la educación de los jóvenes y el cuidado de los ancianos, los pobres y los enfermos, así como la fiel corresponsabilidad respecto de la Creación entera.+