Jueves 26 de diciembre de 2024

Francisco presidirá un consistorio para la canonización de 3 beatos

  • 22 de febrero, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El 4 de marzo, el pontífice presidirá la celebración del consistorio para la canonización de los beatos Titus Brandsma, mártir en Dachau, y dos fundadoras que vivieron entre los siglos XIX y XX
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que el papa Francisco presidirá un consistorio ordinario público el próximo 4 de marzo a las 10.30 (hora de roma), en el Salón del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano para el voto de las causas de canonización de tres beatos.

En primer lugar, el Santo Padre rezará con los cardenales presentes la tercera hora de la liturgia de las horas y después se llevará a cabo el solemne consistorio público ordinario para el voto de las causas de canonización, es decir, para la aprobación definitiva y el establecimiento de las fechas.

Las causas de canonización son la del beato Titus Brandsma, sacerdote profeso de las Carmelitas Orden, mártir; la de la beata Maria Rivier, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María y la de la beata María de Jesús (nacida Carolina Santocanale), fundadora de la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada Concepción de Lourdes. 

Un ángel en Dachau
Titus Bradsma, holandés, sacerdote profeso de la orden carmelita, conferencista durante muchos años, vivió el apogeo de su ministerio durante los nazis que también asolaron Holanda. En su calidad de asistente eclesiástico de la asociación de periodistas católicos, visita las redacciones del país y las alienta a resistir al régimen. Fue detenido en enero de 1942 y asesinado el 26 de julio siguiente, a la edad de 61 años, con una inyección de ácido fénico en el campo de concentración de Dachau, en Alemania. El milagro reconocido para su canonización se refiere a la curación de un padre carmelita de "melanoma metastásico en los ganglios linfáticos", que tuvo lugar en 2004 en Palm Beach, en los Estados Unidos de América.

Más fuerte que el dolor
Maria Rivier, una francesa de un pequeño pueblo del este del país, al año y medio de edad por una caída de la cama, reporta daños que afectan su crecimiento. Es 1770 y 8 años después, siendo todavía una niña, siente el deseo de consagrarse. Su salud hace que sea rechazada por un instituto y más tarde Marie decide abrir una escuela para dedicarse al cuidado de los enfermos y los pobres. Cuando estalló la Revolución Francesa, a pesar de la hostilidad de los insurgentes hacia las comunidades religiosas, fundó una en 1796 que cinco años más tarde tomó el nombre de Congregación de las Hermanas de la Presentación de María Rivier, murió el 3 de febrero de 1838, Juan Pablo II la beatificó en mayo de 1982. El milagro reconocido para su próxima beatificación y atribuido a su intercesión se refiere a la recuperación vital de un niño nacido en "ausencia prolongada de actividad cardíaca, respiratoria y neurológica". El hecho ocurrió en Meru, Kenia, en 2013.

Iniciativa franciscana
Los pobres y los enfermos están también en el corazón de Carolina Santocanale, una siciliana nacida en Palermo en 1852 en el seno de una familia patricia. Recibe una educación refinada y cuando siente la atracción por la vida consagrada, un matrimonio ya concertado, que en todo caso no tendrá lugar, cambia los planes de la muchacha que en 1873 entra en la Pía Unión de las Hijas de María de la parroquia de Sant'Antonio Abate. Es el primer paso hacia la vida que Carolina siente por sí misma. Algunas experiencias desarrollan en ella la convicción de que es la vida activa y no contemplativa a la que Dios la llama y en 1887 se convierte en terciaria franciscana regular, con el nombre de María de Jesús. Con algunos compañeros funda un orfanato, una guardería escuela, una escuela de bordado para niñas hasta que en 1909 toda la obra fue reconocida como la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada Concepción de Lourdes. El milagro atribuido a su intercesión se refiere a dos embarazos realizados, entre 2016 y 2017, por una mujer siciliana que padecía una grave patología que le había provocado la infertilidad.+