El Papa beatificará a siete obispos mártires durante su visita a Rumania
- 25 de marzo, 2019
- Bucarest (Rumania) (AICA)
Tras el reconocimiento de la Iglesia del martirio de siete obispos de la Iglesia Greco Católica de Rumania, en comunión con Roma, que fueron asesinados por la dictadura comunista que gobernó el país entre 1950 y 1970, los prelados serán beatificados por el papa Francisco, el 4 de junio en el Campo de la Libertad en Bla, en el marco de la visita del pontífice a Rumania,los días 31 de mayo al 2 de junio de 2019, según informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El 19 de marzo el papa Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos promulgar el decreto que reconoce el martirio de los siguientes obispos: monseñor Valeriu Traian Frentiu, obispo de Oradea Mare; monseñor Vasile Aftenie, obispo titular de Ulpiany y rector de la Academia Teológica en Blaju; monseñor Ioan Suciu, administrador apostólico de la arquidiócesis de Fagaras y Alba Iulia; monseñor Tit Liviu Chinezu, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Fagaras y Alba Iulia; monseñor Ioan Balan, obispo de Lugoj; monseñor Alexandru Rusu, obispo de Maramures; y monseñor Iuliu Hossu, obispo de Cluj, quien fue además creado cardenal "in pectore" por el papa San Pablo VI, que reveló esta dignidad después de su martirio.
Como otros países del este de Europa, Rumania fue ocupada por tropas soviéticas durante la Segunda Guerra Mundial. De ese modo, el país pasó de una dictadura fascista en la órbita de la Alemania nazi, a una dictadura comunista bajo el control de la Unión Soviética.
El comunismo en Rumania duró hasta el derrocamiento del dictador Ceausescu en 1989.
La persecución contra los greco católicos en Rumania por parte del régimen comunista fue despiadada y tenía como propósito romper la comunión de los fieles con Roma. Las autoridades diseñaron un plan según el cual un falso concilio podría anunciar la ruptura de la Iglesia local con la Santa Sede, con la cual se había restablecido la plena comunión en 1700. Pero para dar legitimidad a la maniobra, se requería que al menos uno de los obispos greco católicos se "convirtiera" a la Iglesia oficialista.
La pretensión del régimen dirigió entonces la persecución a los prelados, a quienes intentó comprar o forzar su renuncia a la Iglesia Católica. Uno a uno los obispos fueron presionados, arrestados y torturados con el fin de quebrantar su fe y apoyar a la dictadura. Algunos de ellos murieron en prisión, otros fueron ejecutados directamente por no obedecer al régimen y algunos murieron en el exilio a causa de los malos tratos, ganando todos la corona del martirio. Testigos de su sufrimiento dicen que los obispos sintieron en prisión momentos de "alegría indescriptible" por participar de este modo de los sufrimientos de Cristo.
Los obispos mártires
Valeriu Traian Frentiu, obispo de Oradea primero, y luego administrador apostólico de la arquidiócesis de Alba Iulia y Fagaras, fue arrestado el 28 de octubre de 1948 por el régimen comunista y recluido en el campo de concentración de Dragoslavele, luego en el Monasterio de Caldarusani -convertido en centro de reclusión-, y desde 1950 en el centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. En esta última cárcel no soportó las duras condiciones de la prisión y falleció el 11 de julio de 1952. Su cuerpo fue enterrado sin féretro en una fosa común.
Vasile Aftenie fue obispo de Ulpiana. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 por las autoridades comunistas y trasladado primero a Dragoslavele y luego al campo de concentración construido en el Monasterio de Caldarusani, donde fue torturado y mutilado. Por último, fue encarcelado en la prisión de Vacaresti, donde murió el 10 de mayo de 1950.
Ioan Suciu fue obispo auxiliar de Oradea Mare y más tarde administrador apostólico de la arquidiócesis de Alba Iulia y Fagaras, junto con el obispo Valeriu Traian Frentiu. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 y siguió el mismo recorrido que los otros obispos: primero sufrió prisión en Dragoslavele y luego en el Monasterio de Caldarusani. En 1950 lo trasladaron a la cárcel de Sighetul Marmatiei, donde fue torturado y abandonado entre enfermedades e inanición. Murió el 27 de junio de 1953 y enterrado en una fosa común.
Tit Liviu Chinezu fue arrestado el 28 de octubre de 1948 junto a otros sacerdotes y obispos y trasladado al monasterio de Neamt. Después lo trasladaron a la cárcel de Caldarusani donde, el 3 de diciembre de 1949, recibió la ordenación episcopal de otros obispos prisioneros. Cuando la noticia de la ordenación llegó a las autoridades comunistas, el nuevo obispo fue trasladado al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. Allí padeció una grave enfermedad por culpa de los trabajos forzados, el hambre y el frío. Murió el 15 de enero de 1955 y fue enterrado en una fosa común.
Ioan Balan fue consagrado obispo de Lugoj en 1936 y más tarde fue nombrado metropolita. Fue arrestado el 28 de octubre de 1948 y recluido en Dragoslavele y luego en el monasterio de Caldarusani. En mayo de 1950 fue trasladado al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. En 1956 fue trasladado al monasterio de Ciorogarla donde enfermó gravemente. Murió el 4 de agosto de 1959.
Alexandru Rusu fue obispo de Maramure y Metropolita. El 28 de octubre de 1948 las autoridades comunistas lo deportaron a Dragoslavele y, como otros obispos católicos, más tarde al monasterio de Caldarusani y al centro penitenciario de Sighetul Marmatiei. Trasladado posteriormente a otras prisiones, enfermó y murió el 9 de mayo de 1963.
Iuliu Hossu fue obispo de la Eparquía Greco-Católica de Gerla, en Transilvania. El 28 de octubre de 1948 fue arrestado por el gobierno comunista y deportado a Dragoslavele. Luego fue trasladado al monasterio de Caldarusani y más tarde a la cárcel de Sighetul Marmatiei. Tras pasar por otros centros de reclusión lo trasladaron de nuevo al monasterio de Caldarusani. Permaneció encarcelado hasta su muerte el 28 de mayo de 1970.+