Viernes 15 de noviembre de 2024

El Papa a budistas: "No a quienes utilizan la religión para justificar actos de violencia y odio"

  • 28 de mayo, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Audiencia con la Delegación de Autoridades del Budismo de Mongolia, en conmemoración de los 30 años de presencia de la Iglesia Católica en el país asiático.
Doná a AICA.org

“La paz es el anhelo ardiente de la humanidad hoy. Por ello, a través del diálogo en todos los niveles, es urgente para promover una cultura de paz y no violencia y trabajar por ella”, reiteró el papa Francisco en la mañana de este sábado 28 de mayo durante una audiencia con la Delegación de Autoridades del Budismo de Mongolia con motivo de la conmemoración de los 30 años de presencia de la Iglesia Católica en el país asiático y el 30 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Mongolia.

Se trata de la primera visita al Vaticano de representantes oficiales del budismo mongol. “Jesús y Buda -recordó el Papa- fueron constructores de paz y promotores de la no violencia. Jesús predicó incansablemente el amor incondicional de Dios que acoge y perdona y enseñó a sus discípulos a amar a sus enemigos, trazó el camino de la no violencia, que recorrió hasta el final, hasta la cruz, a través de la cual alcanzó la paz y destruyó la 'enemistad'.

“El mensaje central del Buda fue la no violencia y la paz. También destacó que la conquista de uno mismo es mayor que la de los demás”. Para el Papa “como líderes religiosos, profundamente arraigados en nuestras respectivas doctrinas religiosas, tenemos el deber de suscitar en la humanidad la voluntad de renunciar a la violencia y construir una cultura de paz”. Además, quiso reafirmar el compromiso de la Iglesia en Mongolia “para promover una cultura del encuentro. Reforzamos nuestra amistad por el bien de todos. Mongolia tiene una larga tradición de coexistencia pacífica de diferentes religiones”. 

“Mi esperanza -concluyó- es que esta historia milenaria de armonía en la diversidad pueda continuar hoy, a través de la implementación efectiva de la libertad religiosa y la promoción de iniciativas conjuntas para el bien común. Su presencia aquí hoy es en sí misma un signo de esperanza. Con estos sentimientos, los invito a continuar su diálogo fraterno y las buenas relaciones con la Iglesia Católica en su país, por la causa de la paz y la concordia”.+