"El Médico de los pobres" de Venezuela será beato
- 20 de junio, 2020
- Ciudad del Vaticana
Hay alegría en Venezuela y en gran parte de América Latina, tras 70 años de proceso por fin José Gregorio Hernández Cisneros se convertirá en el primer laico de este país en ser beato.
En su audiencia con el cardenal Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, celebrada ayer 19 de junio, entre los decretos autorizados por el papa Francisco para su promulgación -entre ellos el que reconoce el milagro del Fray Mamerto Esquiú-, también Venezuela se alegra por la próxima beatificación del laico venezolano, José Gregorio Hernández Cisneros, conocido como “el médico de los pobres”.
En un comunicado oficial emitido por la Santa Sede, resaltó la fuerte vocación religiosa de José Gregorio Hernández. “Comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo”, puntualizó el Vaticano.
Además, el Vaticano señala que “una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se la daba”.
La Iglesia y los feligreses venezolanos han atravesado un largo proceso para la beatificación del doctor José Gregorio Hernández. Este poceso se inició en 1986, cuando el papa Juan Pablo II lo declaró Venerable.
Nacido el 26 de octubre de 1864 en Isnotú, en el estado andino de Trujillo, y fallecido en 1919 en Caracas tras un accidente de coche a la edad de 54 años, José fue el mayor de seis hermanos. Se graduó en medicina en Caracas y profundizó sus estudios en París, Berlín, Madrid y Nueva York. Se convirtió en profesor universitario y científico: fue uno de los primeros en introducir el microscopio en el país y fundó la cátedra de bacteriología en la universidad de la capital venezolana. Una fe viva lo acompañaba siempre: para él la medicina era una misión, sobre todo para los más necesitados. A menudo compraba medicinas para sus pacientes y en lugar de pedirles dinero por la consulta, se los daba. De hecho, en su Venezuela natal es conocido como el “médico de los pobres”.
José Gregorio tenía una fuerte vocación religiosa: en un principio quería ser monje y se fue a Italia en 1908, donde entró en la comunidad de Certosa di Farneta, en la provincia de Lucca. Sin embargo, tuvo que volver a casa por razones de salud. Lo intentó de nuevo algunos años más tarde, comenzando los estudios teológicos en el Colegio Pío Latinoamericano en Roma, pero se enfermó nuevamente. Así, comprendió que Dios lo estaba llamando a la vida laical, y se convirtió en Terciario Franciscano, de modo que, como san Francisco de Asís, reconoció el rostro de Jesús en cada enfermo. Trató a los pacientes con valentía durante la epidemia de fiebre española. El 29 de junio de 1919, mientras iba a la farmacia a comprar medicinas para una anciana, fue atropellado por un coche y llevado al hospital donde recibió la Unción de los Enfermos. Murió diciendo estas palabras: “¡Oh, Virgen Santa!”.
Otros decretos
También será beatificado el alemán Francisco María de la Cruz, nacido Juan Bautista Jordán, sacerdote fundador de la Sociedad del Divino Salvador y de la Congregación de las Hermanas del Divino Salvador. Nacido en una familia pobre el 16 de junio de 1848 en Gurtweil, en la Selva Negra, Juan Bautista trabajó durante mucho tiempo como pintor y decorador para ayudar a su familia económicamente y sólo gracias a la generosidad de benefactores pudo realizar sus votos religiosos. Durante sus años de estudio y luego durante un viaje a Tierra Santa, desarrolló una idea muy antigua de fundar una organización que uniera a los católicos de todos los niveles para defender y propagar la fe. Esta misión lo llevó a la India, a distintas partes de Europa y a América, hasta su muerte el 8 de septiembre de 1918 en Suiza.
Entre los decretos promulgados está otro relativo al reconocimiento del martirio de la Sierva de Dios María Laura Mainetti. Esta religiosa italiana, nacida en Colico en la provincia de Lecco el 20 de agosto de 1939, profesa por la Congregación de las Hijas de la Cruz, Hermanas de San Andrés, fue asesinada por odio a la fe por tres jóvenes, en un ritual satánico, en Chiavenna el 6 de junio de 2000. Ahora será proclamada Beata. Fue la décima hija de una pareja de Valtellina y quedó tempranamente huérfana de madre. Teresina interpretó como el plan de Dios para su vida las palabras de un sacerdote durante una confesión, que la llevaron a desear una “vida toda entregada en el amor”. Así, en 1957 comunicó a su familia que quería ser monja y se dedicó a la educación, la formación y la asistencia espiritual y material de niños y adolescentes. Y precisamente para ayudar a una chica que la había llamado por teléfono y le había dicho que había quedado embarazada después de una violación, salió del convento sola la noche del 6 de junio de 2000. Fue un engaño que la llevó a la muerte, pero no sin antes haber pronunciado palabras de perdón para sus tres jóvenes verdugos.
Otro decreto también ha reconocido las virtudes heroicas de quien ahora podrá ser llamada Venerable Sierva de Dios Gloria María de Jesús Elizondo García, nacida Esperanza, Superiora General de la Congregación de los Misioneros Catequistas de los Pobres. Nació en Durango, México, el 26 de agosto de 1908 y murió en Monterrey. +