El arzobispo de Bahía Blanca invitó a transitar la Cuaresma en la "sinodalidad"
- 28 de marzo, 2022
- Bahía Blanca (Buenos Aires) (AICA)
Recorriendo juntos el camino cuaresmal "nos enriquecemos mutuamente", afirmó monseñor Azpiroz Costa en una carta pastoral.
La "sinodalidad", lejos de ser una expresión de momento, define el ser mismo de la Iglesia, explicó el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Carlos Azpiroz Costa OP, en una carta pastoral de Cuaresma en la que exhortó a su comunidad arquidiocesana a “recorrer juntos el camino cuaresmal”, alimentando el “profundo deseo de unidad”, evitando los conflictos y protagonismos.
El arzobispo señaló “las circunstancias muy dolorosas y trágicas”, que acompañan “esta peregrinación” cuaresmal. “Somos testigos del drama de la guerra. Las noticias ponen diariamente ante nuestros ojos el horror que provoca el resentimiento, el rencor, la revancha”, describió el prelado y añadió además que “muchos otros conflictos se desarrollan en diversos rincones del mundo”, con causas más variadas que van desde la “irrefrenable compulsión del tener, poseer o poder sin límites”, pero que a la vez también “manifiestan en tantos hombres y mujeres de buena voluntad el sentir más profundo y sincero de los pueblos: el deseo de paz, de desarrollo, de vida y solidaridad”, expresó.
Reflexionando sobre el pasaje evangélico que narra las tentaciones del diablo a Jesús, que la Iglesia propone para el primer Domingo de Cuaresma, monseñor Azpiroz Costa lo relacionó con el largo proceso y las acusaciones que llevaron a Jesús a ser condenado a morir en la muerte en la cruz. El arzobispo subrayó que “la Pasión del Señor ofrece ese momento oportuno que el padre de la mentira esperaba”.
Pero “Jesús murió en la cruz”, señaló el arzobispo bahiense, para que todos los que creen en Él tengan la vida eterna; para que todos sepan que Él es; para atraer a todos hacia Él”.
Y añadió: “Por ello nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo y locura. Contemplando a Jesús en la cruz comprendemos el sentido profundo de la pasión. Pasión que él tiene por el Padre y por nosotros. Pasión que lo lleva a padecer hasta la muerte, una muerte de cruz”.
“Al inicio de la Vigilia pascual, concluyó monseñor Azpiroz Costa, el celebrante fija en el cirio nuevo cinco granos de incienso en forma de cruz, diciendo: Por sus llagas santas y gloriosas nos proteja y nos conserve Cristo el Señor y al encender el cirio pascual con la llama del fuego nuevo dice también: Que la luz de Cristo gloriosamente resucitado disipe las tinieblas y del corazón. Que así sea para todos, para nuestra diócesis y toda la Iglesia, para nuestra patria, el mundo. Los bendigo fraternalmente en Cristo y María, Señora y Madre de la Merced”.+