"El alma periodística funciona con la misma lógica que las bienaventuranzas"
- 9 de junio, 2021
- Morón (Buenos Aires) (AICA)
Lo afirmó el secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Comunicación en la misa virtual por el Día del Periodista, que presidió el responsable de la Oficina de Prensa de la CEA.
El presbítero Máximo Jurcinovic, encargado de prensa de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presidió la misa virtual por el Día del Periodista que se celebró el 7 de junio en la catedral Inmaculada Concepción del Buen Viaje, diócesis de Morón.
La Eucaristía fue concelebrada por el presbítero Martín Bernal, párroco local y secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Comunicación, quien también predicó la homilía.
“Particularmente queremos saludar a quien nos compartía la primera lectura de la Palabra en esta Eucaristía, don Miguel Woites, quien hoy celebra sus primeros 93 años. Don Miguel inició la agencia AICA y nos sigue regalando su presencia, su vocación y su oficio porque sigue justamente día a día, ahí al tanto”, destacó el sacerdote.
El padre Bernal recordó que “Cristo nos dice hoy en la primera parte de las bienaventuranzas, que los bienaventurados son los pobres, los que lloran, los humildes, los hambrientos de justicia” y, tras preguntarse ¿cómo es esto posible?, explicó: “Desde nuestros sentidos no lo es, pero en la lógica de Dios que es amor, ellos son los dichosos, los bienaventurados”.
“El alma periodística funciona con la misma lógica que la de las bienaventuranzas, bienaventurados para el periodista los pobres, los que lloran, los humildes y los hambrientos de justicia. Bienaventurados los hombres, los vulnerables y los vulnerados, porque si hay una verdad desconocida esperando ser conocida, es el periodista el que se empeña en sacarla a la luz para combatir la ignorancia, el engaño y devolver dignidad al vulnerado y al vulnerable”, aseguró.
“Si hay una injusticia es el periodista el encargado de señalarla sin temor. ¿Cómo encara el periodista de esa labor? En la segunda parte de las bienaventuranzas están las claves. Bienaventurados los misericordiosos, los que no saben de rencores porque lo suyo es la comunión y la cercanía, los convencidos de que la verdad y el bien están para ser contadas y lo comparten. Bienaventurados los periodistas hambrientos de justicia aun cuando ellos no son las víctimas de esa injusticia. Bienaventurados en su empatía con los que están al lado del camino heridos. Bienaventurados en su pura vocación que puede llegar a ser arma de poderosos, pero los periodistas muchas veces eligen servir a la verdad y a los demás. Bienaventurados cuando escapan de las espirales de violencia y llevan la paz y proponen la paz. Bienaventurados por no tener miedo a ser perseguidos, por estar al lado de la verdad y de la justicia. Bienaventurados cuando en este mundo, viciado de opiniones y redes en las que se insulta más que otra cosa, sean injuriados por servir a la verdad, por servir al bien”, puntualizó.
Y subrayó: “Este año el papa Francisco nos propone salir al encuentro, ir a ver al prójimo. Ese prójimo, ese pobre, ese vulnerado y vulnerable, necesita de periodistas que vayan y vean. Todos necesitamos en nuestra vulnerabilidad de periodistas que nos recuerden lo bueno, lo bello y lo verdadero, y al hacerlo nos unan entre nosotros, nos hagan progresar como familia humana”.
El presbítero Bernal agregó que este año se cumplen 50 años de la Instrucción Pastoral Communio et Progressio en donde la Iglesia propone que la comunión y el progreso son los fines de toda comunicación social.
“Bienaventurados los periodistas cuando estén con los vulnerados, vulnerables cuando vayan a su encuentro para contar su dignidad, cuando estén con ellos. Bienaventurados cuando trabajen por la comunión y el progreso. Bienaventurados cuando por hacerlo sean maltratados, ignorados, injuriados, calumniados, subestimados y mal remunerados”, sostuvo.
El sacerdote afirmó que “la vocación periodística lleva en sí un ADN humanista. Católicos o no católicos, al abrazar su vocación al periodismo, se comprometen con la verdad, con el bien, con lo bello, con el hombre” y completó: “Necesitamos periodistas. No están solos al abrazar su vocación, siéntanse interpelados con las bienaventuranzas y sépanse acompañados porque es Dios quien las propone y es Dios el que no los va a dejar solos”.
“No vemos a Dios con los sentidos, pero lo sabemos con nosotros, con ustedes, por la fe. El amor de Dios desafía los sentidos. También los periodistas desafían los sentidos cuando en silencio y con paciencia construyen una credibilidad de la que nos fiamos porque no vemos las realidades que nos cuentan, pero confiamos en ustedes. Semejante responsabilidad no es ignorada por el Señor, sépanse amados por Él, sépanse bienaventurados en la vocación que eligieron abrazar”, concluyó.+