Domingo Bíblico Nacional: 'Por su Nombre y tras de sí ponemos la vida'
- 30 de septiembre, 2024
- Rawson (Chubut) (AICA)
El obispo de Rawson, monseñor Roberto Álvarez, presidió una misa en el istmo Carlos Ameghino de la Península de Valdés, y animó a descubrir los diversos modos en que habla Dios.
El obispo de Rawson, monseñor Roberto Álvarez, presidió el 29 de septiembre una misa en la capilla San José, en el istmo Carlos Ameghino de la Península de Valdés, con motivo del Domingo de la Palabra.
"Acá, el 7 de agosto de 1810, en una capilla similar -no en esta-, era quemado vivo el padre Bartolomeo Poggio, el protomártir de la Patagonia, aquel que había nacido en Italia pero se formó en Córdoba con los mercedarios, hecho que un vitreaux de la catedral de Bariloche atestigua y recuerda, y también los anales de la historia; ese hombre, que sintió una Palabra que lo llamaba para entregar su vida, murió acá", expresó el prelado al inicio de la celebración.
En su homilía, al referirse a los textos bíblicos, señaló: "Lo que está en juego es esta palabra que ha sido poderosa, que lo sigue siendo, pero que se oculta en lo simple y en lo sencillo, y que entonces, cuando está así, oculta, cuando es sencilla, no es de nadie".
"Donde Dios no se expresa con poder, es mucho más difícil descubrir el lugar de la Palabra. Es mucho más complicado discernir dónde está hablando Dios", planteó, y consideró: "En este domingo, en el que pensamos, rezamos, nos preguntamos por este don de la Palabra, lo lindo que tiene, lo desafiante que tiene, es que no es de nadie más que de Dios, y por eso hay que ahondar en la Palabra, y por eso hay que discernir desde la Palabra".
Al respecto, sostuvo: "Es tan lindo descubrir un mundo, una iglesia, un mensaje, donde Dios habla de múltiples maneras, es tan lindo salir de lo monocorde, es tan difícil". Y animó a "abrir el espacio a escuchar la Palabra, abrir a que el Señor nos sorprenda, haciendo que el Espíritu sople donde Él quiere, es clamar para que haya muchos profetas en Israel, muchos profetas en el mundo actual".
"Nosotros vivimos en un mundo complejo, que empieza a encerrarse, que no tolera la opinión distinta, que lo soluciona con un grito, un insulto, una desautorización. Qué lindo ponernos en un lugar donde siempre intentemos salvar la proposición del otro, donde intentemos descubrir que, en ese otro, también puede estar hablando Dios", sugirió.
A su vez, indicó que "Dios no ha querido que su revelación fuera piramidal. Dios no ha permitido que fuera esto y solo esto. La Eucaristía, que es la palabra Escrita, pero también la Palabra que se hace carne del pan y el vino, es la expresión de esto. Uno puede ir a infinidad de misas con infinidad de curas. Uno a veces puede estar de acuerdo con lo que propone el sacerdote en una homilía, otras veces lo puede inquietar, otras veces directamente puede no gustarle. Sin embargo, como no viene a la Eucaristía para ponerse atrás de un cura, de un canto, de un guion, sino atrás de Jesús, la Eucaristía tiene un solo centro, que es sobre el altar".
"Por su Nombre y tras de Él, ponemos la vida. Ojalá que sea para descubrir que sigue hablando de infinidad de modos y que quiere que haya muchos profetas hoy, en el mundo y en la Iglesia", concluyó.+