"Dios te quiere un sacerdote santo", le dijo Mons. Uriona al neopresbítero
- 4 de noviembre, 2020
- Río Cuarto (Córdoba) (AICA)
La diócesis de Río Cuarto tiene un nuevo sacerdote. Se trata de Ángel Ciappino, quien recibió las sagradas órdenes de manos del obispo, monseñor Adolfo Uriona FDP.
El obispo de Río Cuarto, monseñor Adolfo Uriona FDP, ordenó sacerdote al diácono Ángel Ciappino en una celebración eucarística que tuvo lugar el viernes 30 de octubre en el templo Cristo Rey, de Coronel Moldes y a la que asistieron sus familiares. El neopresbítero se formó en el Seminario Mayor Jesús Buen Pastor.
En su homilía, el obispo manifestó que “hay un único Sacerdote, Cristo Jesús; a través de la ordenación Ángel participará de ese único sacerdocio de Cristo al cual deberá configurarse haciéndose semejante a Él”.
“Mediante la escucha y meditación de la Palabra, consagrando la Eucaristía, reconciliando a los hombres con Dios, ungiendo y consolando a los enfermos tu corazón ha de ir transformándose gradualmente a imagen del corazón del Buen Pastor”, le dijo.
“Hoy también recibirás el ministerio sacerdotal y tu configuración con Cristo Sacerdote se realizará paulatinamente a través de su ejercicio fiel. Ésta no es automática y hasta puede ser malograda, por eso requiere un esfuerzo cotidiano que ha de acompañar la gracia recibida, sabiendo que de esta actitud depende tu salvación y la de tus hermanos…”
Refiriéndose a la función sacerdotal, monseñor Uriona señaló que “la responsabilidad es grande y cuando la alcanzamos a ver en su real dimensión nos produce vértigo, pero no has de temer porque te debe acompañar la certeza de que ‘el Señor estará contigo’, basta que te pongas con docilidad en sus manos”. Y añadió que “el camino para lograrlo es el amor”.
“Cuando Pedro escuchó por tres veces la pregunta del Señor: Pedro, ¿me amas?... se le vino a la memoria el episodio más oscuro de su vida: las negaciones durante la pasión y por ello lo invadió la tristeza. Le había fallado al Maestro y experimentaba su indignidad, pero le responde con toda la sinceridad de su corazón: ‘Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero’. Y Jesús lo confirma en la misión”.
Además, le dijo: “Ángel, que el reconocimiento de tu debilidad y pobreza te conduzca al amor, la única condición para ser un buen pastor y apacentar con responsabilidad a tu gente. Por tanto, el amor ha de ser el motor de tu acción y el parámetro de tu examen de conciencia. El amor es creativo y ha de manifestarse en toda circunstancia, como por ejemplo en esta pandemia, moviendo los mecanismos interiores para un mejor servicio a los hermanos”.
Finalmente, afirmó “Dios te quiere un sacerdote santo, es decir, un hombre orante, entregado a los demás, especialmente a los más necesitados, y siempre fraterno con tus hermanos en el presbiterio”, y rogó para que María Auxiliadora y el santo Cura Brochero le regalen esta gracia.+