Coronavirus: Obispos peruanos anuncian nuevo programa pastoral
- 21 de agosto, 2020
- Lima (Perú) (AICA)
La iniciativa "¡Resucita Perú ahora!" tiene como objetivo promover y fortalecer la acción solidaria, convocando a conformar una red amplia para afrontar las consecuencias de la pandemia.
La 116a Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Peruana culminó con una “Carta al pueblo de Dios”, en la que los obispos se refieren a la situación crítica que vive el país a raíz de la pandemia del coronavirus.
Los prelados peruanos se manifestaron afligidos por lo que calificaron como un enemigo invisible, un virus mortal cuyas consecuencias están causando un nivel de sufrimiento nunca antes en el mundo.
Al respecto expresaron su cercanía a los fieles en medio del dolor reflexionando sobre el sufrimiento, la conversión, el agradecimiento y la esperanza. Temas trascendentales dada la realidad que vive el país y que los motiva a emprender una nueva iniciativa: el Programa Pastoral “¡Resucita Perú, ahora!”. La iniciativa tiene como objetivo promover y fortalecer la acción solidaria, convocando a una amplia red formada por la Iglesia, la academia y la sociedad civil en interlocución con las autoridades del Estado. Todo con el fin de aportar para superar la pandemia.
Ante el dolor, la angustia y la desesperación, los obispos indicaron que no hay cambios en las limitaciones impuestas que han tratado en todo momento de estar cerca de la feligresía, ofreciendo su ayuda desde lo material y lo espiritual. Pese a esto no dudaron en expresar su dolor por no poder acompañar a tantos enfermos en su lecho de enfermedad y a la hora de la muerte. “Desde la fe les proclamamos que la muerte no tiene la última palabra; que Cristo, con su resurrección, ha ganado para nosotros la vida que no tiene fin”, dice el documento.
Para los obispos peruanos es difícil sentir la limitación que los llevó a suspender las celebraciones públicas de los sacramentos. Sin embargo, aseguran su cercanía espiritual a través de la oración diaria de sacerdotes, religiosas y laicos, además de las súplicas desde los conventos y las misas que se transmiten por los medios de comunicación y redes sociales.
Refiriéndose a la situación actual, el episcopado peruano advirtió que es el momento propicio para recapacitar sobre nuestra relación con el Señor. “Que, a la luz del Espíritu Santo y con la ayuda de María, nuestra Madre, vivamos este momento de prueba como un momento de gracia, para revisar en qué nos hemos alejado del amor de Dios, del primer amor”, exhortó.
Por otra parte, los obispos peruanos lamentaron los casos de corrupción de quienes anteponen al bien común del pueblo que se les ha confiado, el beneficio personal; haciendo de la crisis la ocasión propicia para delinquir y oprimir al pueblo de Dios y olvidando que esta vida es pasajera y que, al final, seremos juzgados por nuestras obras.
En esta línea pidieron a los responsables de las decisiones políticas que cambien, que se conviertan para trabajar por los peruanos más pobres y sufrientes.
“El bien común es la piedra angular de una política con ética, una política de servicio. Así como la fuerza de la Iglesia está en la fe en Dios y en el servicio al pueblo, así también los políticos deben comprender que su fuerza está en el servir a la población; deben comprender que no están para decirle al pueblo qué tiene que hacer, sino al revés: conocer sus necesidades y hacer lo que éste demanda”, subrayaron.
En medio de los acontecimientos actuales, los prelados destacaron el testimonio de cientos de peruanos al servicio de los demás a quienes agradecieron su misión diaria.
“Como peruanos nos llenamos de orgullo ver la respuesta generosa de tantas personas para ayudar en esta situación. Las donaciones de alimentos, la organización de comedores populares, las donaciones para las plantas de oxígeno, la atención a los enfermos en los hospitales, el servicio brindado por los médicos, enfermeras, personal sanitario y las fuerzas de orden; a todos ellos, a esta 'nube de testigos', a 'los santos de la puerta de al lado', como gusta llamarlos el papa Francisco, queremos rendirles homenaje y levantamos nuestras voces para decirles: ¡Gracias, hermanos!”.
Finalmente encomendaron al pueblo peruano a la intercesión de Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres, para que muy pronto se vuelva a respirar salud, paz y serenidad en el país. +