Viernes 15 de noviembre de 2024

Continúa la persecución a los católicos chinos

  • 11 de octubre, 2018
  • Pekín (China) (AICA)
El acuerdo "provisorio" entre China y la Santa Sede, que fue firmado el 22 de septiembre pasado, parece no poner freno a la persecución y a la violencia contra los católicos. Este jueves 11 de octubre, informa la agencia católica AsiaNews, en Lingkun, en el distrito de Yongqiang, la cruz que coronaba el campanario de la iglesia católica fue arrancada y el muro de seguridad, que se levantaba delante del edificio sagrado, fue demolido.
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El acuerdo "provisorio" entre China y la Santa Sede, que fue firmado el 22 de septiembre pasado, parece no poner freno a la persecución y a la violencia contra los católicos. Este jueves 11 de octubre, informa la agencia católica AsiaNews, en Lingkun, en el distrito de Yongqiang, la cruz que coronaba el campanario de la iglesia católica fue arrancada y el muro de seguridad, que se levantaba delante del edificio sagrado, fue demolido.

La iglesia forma parte de la parroquia de Yongqiang, perteneciente a la diócesis de Wenzhou (Zhejiang). La comunidad católica de Wenzhou cuenta con aproximadamente 130.000 fieles y es guiada por monseñor Pedro Shao Zhumin, obispo reconocido por la Santa Sede, pero no por el gobierno. Es la primera vez en 4 años que una iglesia es atacada en Wenzhou. En 2014, más precisamente en Zhejiang, comenzó la campaña de destrucción de cruces e iglesias, que luego se propagó por muchas otras provincias de China.

La cruz de Lingkun no es la primera en ser destruida luego de la firma del acuerdo chino-vaticano. Tal vez la primacía la tenga la localidad de Zhumadian, en la provincia de Henan. El 3 de octubre pasado, una cuadrilla de obreros guiados por el vicejefe provincial del Frente Unido, destruyó una cruz porque "se veía demasiado", alegando que incluso podía verse desde el tren de alta velocidad. "Es demasiado visible. Tiene que ser destruida", habría declarado el funcionario del Frente Unido, organismo que supervisa las actividades religiosas.

La diócesis de Zhumadian fue suprimida por las autoridades provinciales. Ésta congrega a más de 60.000 fieles y actualmente está sin obispo, pero cuenta con un administrador, el presbítero Cosmas Ji Chengyi. La violencia desatada contra las iglesias de Henan se explica por el hecho de que la provincia tiene un alto porcentaje de cristianos. Según algunas estimaciones, católicos y protestantes constituirían entre el 10 y el 15% de la población, una de las más altas de China, junto con Zhejiang.

Hace algunos días -señala AsiaNews- en Hubei, se llevaron a cabo asambleas de revisión de la labor desarrollada por el Frente Unido y la Asociación Patriótica orientada a "reeducar a los sacerdotes" y a seguir obstaculizando el acuerdo, reafirmando la sumisión ideológica al Partido comunista chino. +