Catamarca rezó por la consagración de Rusia y Ucrania
- 29 de marzo, 2022
- San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
El obispo de la diócesis celebró la misa en el santuario de la Virgen del Valle y lamentó que la humanidad "haya perdido la senda de la paz"
En el marco de la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, en la solemnidad de la Anunciación del Señor, la diócesis de Catamarca se unió a la oración, con la celebración de la misa en la catedral del Santísimo Sacramento y de Nuestra Señora del Valle, que fue presidida por el obispo, monseñor Luis Urbanc.
La Eucaristía fue concelebrada por los presbíteros Diego Manzaraz, canciller y secretario de la Curia Diocesana; Marcelo Amaya, delegado episcopal de la Pastoral Familiar; Carlos Figueroa, párroco de San José Obrero; Ramón Carabajal y Luis Páez, capellanes de la catedral. Se sumó a las intenciones de esta misa, la acción de gracias por los 19 años de ordenación del padre Páez.
Además, las distintas comunidades parroquiales se sumaron a esta jornada de oración rogando por la paz del mundo y por la vida naciente.
En el inicio de su homilía, monseñor Urbanc expresó que este día de la Solemnidad de la Anunciación del Señor también “desde hace unas décadas, ha sido elegido como el día de oración por todos los niños que se están gestando en un vientre materno, para que sean queridos y cuidados, y puedan tener la dicha de nacer, crecer y madurar como la tuvo el Hijo de Dios, Nuestro Señor Jesucristo”.
Luego destacó que “hoy, de un modo especial, y a esta hora, estamos unidos al papa Francisco, quien nos pidió que lo acompañemos en la consagración de Rusia y Ucrania al Inmaculado Corazón de María, y que pidamos al buen Dios por la conversión de nuestros corazones en este tiempo de Cuaresma, por el don de la paz, no sólo para estas naciones sino para el mundo entero”
A continuación, afirmó que “es un hecho que la humanidad ha perdido la senda de la paz. Ha olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Ha desatendido los compromisos asumidos como comunidad de naciones y está traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes”.
En este contexto, manifestó que “cada uno de nosotros, y en nombre de toda la humanidad, supliquemos con vergüenza: ‘¡Perdónanos, Señor!’”
El obispo también rogó para que cada ser humano pueda reproducir en su propia historia terrena la disponibilidad de María a los designios de Dios.
En esta línea, siguió rezando: “En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, volvamos nuestra mirada hacia nuestra Madre del Valle que siempre nos recuerda que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, ternura y paciencia, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo”.
Para concluir, dedicó una oración a la Virgen, pidiendo por la vida naciente, las familias, las asambleas legislativas, los científicos y médicos, los economistas, y los esposos que no pueden tener hijos. +