Cartas de Mons. García Cuerva a las diócesis de Lomas de Zamora y Río Gallegos
- 3 de enero, 2019
- Lomas de Zamora (Buenos Aires) (AICA)
Al conocerse que el papa Francisco nombró a monseñor Jorge Ignacio García Cuerva obispo de Río Gallegos (Santa Cruz), el prelado envió hoy una carta de agradecimiento a la comunidad diocesana de Lomas de Zamora, jurisdicción eclesiástica del sur del conurbano bonaerense en la que fue obispo auxiliar por diez meses, y otra para la feligresía de su próximo destino pastoral a partir de marzo.
"Antes de entrar al seminario, me regalaron una tarjeta con una frase que me marcó mucho en mi vida: ?Caminar hacia Dios es abandonar seguridades y arriesgarse a lo sorpresivo?; hoy, una vez más, Dios me sorprende? soy obispo auxiliar de Lomas de Zamora hace tan sólo diez meses, y de repente, este nuevo llamado de la Iglesia, esta nueva misión, que me conmueve y estremece", expresó a la comunidad lomense.
El prelado agradeció a monseñor Jorge Lugones SJ y a su auxiliar, monseñor Jorge Torres Carbonell, sacerdotes y comunidades, y manifestó: "Soy muy feliz caminando con ustedes los distintos barrios y comunidades, tratando de llegar a los más alejados, aprendiendo a ser un pastor con olor a oveja como nos pide Francisco. Eché raíces rápidamente en estas tierras del conurbano bonaerense, y por eso mi corazón se apasionó con sus diversas realidades que me interpelan y animan a un compromiso cada vez mayor".
"No voy a negarles que me cuesta mucho el desgarro de la partida, que en pocos meses se metieron de lleno en mi corazón; pero hoy, con el futuro beato Monseñor Angelelli, me digo y les digo: hay que seguir andando nomás?", agregó.
"Un pastor sumergido en el rebaño"
En tanto a los fieles de las provincias de Santa Cruz y Tierra del Fuego, monseñor García Cuerva les habló de sus orígenes y compartió algunas breves ideas desde su lema episcopal: "No apartes tu rostro del pobre", del libro de Tobías.
El prelado sostuvo que idea de ser "un pastor sumergido en el rebaño, caminando delante, en medio, y especialmente detrás, confiando en el olfato de las ovejas; un samaritano cuyo corazón se desgarre como el vientre de una madre ante el dolor de los que sufren, un samaritano que no da vuelta la cara, que esté cerca, que sea encontrable, que llore con los que lloran, que celebre y haga fiesta con el pueblo de Dios que sabe reír y bailar más allá de las dificultades de la vida".
"Que sea testigo de la vida en medio de la muerte en las diversas realidades, comunidades y barrios, en las periferias existenciales, acompañando el caminar y la lucha de tantos que sufren el flagelo de la droga, el drama de la falta de trabajo y de vivienda, la cárcel, la enfermedad, la soledad; porque como decía San Oscar Arnulfo Romero, el pastor tiene que estar donde está el sufrimiento", agregó.
"Que el Señor me conceda ser pastor, amigo, hermano, de este pueblo de la diócesis de Río Gallegos; que como dice Francisco en la exhortación Evangelii Gaudium, la vida se me complique maravillosamente, y viva la intensa experiencia de ser pueblo. Les doy la bendición de Dios, y les pido por favor, que recen mucho por mí, y que sea fiel al Señor", concluyó.+