Jueves 14 de noviembre de 2024

Card. Poli: 'Si tratamos a los demás con misericordia, podemos cambiar el mundo'

  • 18 de abril, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
El arzobispo de Buenos Aires presidió una de las misas de la Fiesta de la Misericordia en el santuario de Villa Urquiza, donde recordó lo mucho que se puede hacer si se apela a esa virtud social.
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Miles de fieles y peregrinos acudieron al santuario Jesús Misericordioso, del barrio porteño de Villa Urquiza, para participar de las celebraciones eucarísticas por la Fiesta de la Misericordia, celebrada el pasado domingo 16 de abril.

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, presidió allí una de las misas, y reflexionó: "Nos preguntamos qué tocó Tomás que desencadenó esto que Jesús nos dijo: 'Bienaventurados ustedes, todos nosotros, que sin ver ni tocar, van a creer'".

"La misericordia no es solamente para los que seguimos a Jesús", recordó el purpurado, y profundizó: "La herida abierta de Jesús en su costado estaba hablando de una multitud: Él murió por todos".

El arzobispo porteño consideró que "la Pascua siempre es un desafío", por lo que afirmó: "Muertos a nuestros pecados, tenemos que ir hacia el paso de la misericordia".

"Esta fiesta siempre nos va a comprometer un poquito más, damos gracias de ser hijos de la misericordia, sus amigos. Sabemos que siempre la vamos a obtener de Él, pero no se la neguemos a los demás", pidió.

"¿Saben que la misericordia es una virtud social que puede transformar la política, la economía, nuestra vida?", dijo, y agregó: "Es una virtud social porque si tratamos a los demás con misericordia, cambiamos el mundo".

Por último, el cardenal Poli invitó a los fieles presentes a rezar: "Jesús Misericordioso, ayúdanos a anunciarte con nuestra vida".

Durante la jornada festiva, los fieles se acercaron a rezar frente al ícono de Jesús Misericordioso y dejaron a sus pies sus peticiones, inquietudes, pedidos y agradecimientos. También pudieron acceder al sacramento de la Reconciliación, con sacerdotes que escucharon confesiones, y llevarse agua bendita, en recuerdo de su bautismo, de la Fuente de la Misericordia.

Por la tarde, la comunidad y los peregrinos recorrieron en procesión las calles del barrio con el ícono en alto, dando testimonio -se destacó- "de la alegría de esta fiesta y de la misericordia de Jesús, que alcanza a todos".

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