Card. Czerny: La actitud del buen samaritano esencial para sobrevivir
- 6 de mayo, 2021
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Conferencia de presentación del Mensaje del Santo Padre Francisco para la 107ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado (26 de septiembre de 2021)
"¿Qué pasa si el individualismo egoísta y el aislacionismo se difunden cada vez más, dejando atrás a los más vulnerables y marginados?", se preguntó esta mañana el cardenal Michael Czerny SJ, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, durante la conferencia de presentación del mensaje del Santo Padre para la 107ª Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado cuyo tema es: "Hacia un nosotros cada vez más grande" y que tuvo lugar en el aula Juan Pablo II de la oficina de prensa de la Santa Sede.
Como repite el Papa, "podemos salir mejor o peor de la pandemia", dijo el cardenal: "Podemos aprender a ser mejores hermanos y hermanas, o podemos caer aún más profundamente en la preocupación obsesiva sólo por nosotros mismos".
Estas son las alternativas a las que se enfrentan los transeúntes, en el episodio evangélico del Buen Samaritano: “Todo el mundo tiene 'buenas excusas' para apartar la vista de la víctima medio muerta. El samaritano va más allá del típico contraste entre 'nosotros' y 'ellos'. Nada que ganar, tal vez todo que perder, pero sin compasión por otro que es víctima de un robo, como en la parábola, o de una pandemia espantosa como la de hoy”.
“Todos sufrimos de manera diferente”, debido a la pandemia: “¿Qué pasa cuando los sobrevivientes en un bote salvavidas tienen que ayudar a remar hacia tierra?”, preguntó el cardenal Czerny. “¿Qué pasa si algunos toman más de su parte de las raciones, dejando a otros demasiado débiles para remar? El riesgo es que todos perezcan, tanto los bien alimentados como los hambrientos”.
Por eso, como escribe el Papa en el mensaje, la actitud del buen samaritano, que "abandona el egoísmo para cuidar de todos",
Acompañaron al cardenal Czerny durante la presentación el padre Fabio Baggio, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; la hermana Alessandra Smerilli FMA, subsecretaria del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral; monseñor Paul McAleenan, obispo auxiliar de Westminster ( por conexión remota); y la señora Sarah Teather, directora del Servicio Jesuita de Refugiados de Inglaterra, también por conexión remota.
P. Baggio, "el Papa, después de Lampedusa, nunca se bajó del barco"
“El Santo Padre, desde su primer viaje a Lampedusa, no se bajó nunca más del barco: siguió navegando y viajando con todas estas personas, y muchas veces, cuando las circunstancias lo permiten, expresa su cercanía a estas personas”, expresó el padre Fabio Baggio.
El sacerdote describió el compromiso de su dicasterio, sobre la base del mandato del Papa, para evitar tragedias en el Mediterráneo y en otras rutas migratorias en huida a un mejor destino.
"Asegurar que ninguna de las víctimas de estas rutas sea olvidada", es el objetivo del dicasterio, cuyo trabajo -explicó el padre Baggio, respondiendo a las preguntas de los periodistas- "es mucho más profundo que sacar a la luz los hechos: hay que acompañar, y esto significa seguir todos los procesos desde que parten de los países de origen, pasando por los países de tránsito para luego llegar al mar hacia nuevos países y tener epílogos que lamentablemente son dramáticos”.
“Las comunidades locales deben sentirse personalmente desafiadas”, continuó el sacerdote: “para sentirse ciudadanos de la misma parroquia, todos unidos en este 'nosotros' que es la unidad de todos los bautizados. La Iglesia saliente es una realidad ya presente en nuestras comunidades: las llamo héroes que van a las periferias existenciales para concretar y manifestar la cercanía del Señor. Estar presente y acompañar a los demás es lo que determina el mayor testimonio misionero: es el punto de partida para luego explicar todo el resto de nuestra fe”.
Entre las prioridades del dicasterio, también señaló el éxodo masivo de Venezuela, que en los últimos años implicó a unos 5,6 millones de personas, y las cifras siguen aumentando: "La forma en que el Santo Padre nos pidió que actuemos -reveló el padre Baggio- es acompañar a las iglesias locales, facilitando el trabajo que están haciendo posible".
En Venezuela, por ejemplo, se está desarrollando un programa específico que involucró primero a las 10 diócesis locales y luego, a través del CELAM, a todos los países de América Latina.+