Jueves 14 de noviembre de 2024

Beatificación de los mártires salvadoreños: memoria y esperanza de un país en paz

  • 23 de enero, 2022
  • San Salvador (El Salvador) (AICA)
Con una ceremonia presidida por el obispo auxiliar de San Salvador, cardenal Gregorio Rosa Chávez, el sábado 22 de enero fueron beatificados los cuatro mártires salvadoreños.
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El cardenal Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, presidió el sábado 22 de enero en la plaza Divino Salvador del Mundo, la ceremonia de beatificación del sacerdote jesuita Rutilio Grande García, el sacerdote franciscano Cosme Spessotto, y los laicos Manuel Solórzano y Nelson Lemus, conocidos como "los mártires salvadoreños".

Unas 6.000 personas, bajo medidas de bioseguridad, se congregaron en la Plaza Divino Salvador del Mundo, en la capital del país. También asistieron los obispos de todas las jurisdicciones y de Centroamérica, autoridades gubernamentales y personal diplomático acreditado en El Salvador. En representación de la directiva del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), asistió monseñor Jorge Eduardo Lozano, secretario general y arzobispo de San Juan de Cuyo (Argentina).

“¿Quiénes estamos aquí? Somos una representación de todo el pueblo salvadoreño y hemos venido de todos los rincones de la geografía cuscatleca”, afirmó el cardenal en el comienzo de su homilía. “En nuestra asamblea hay humildes campesinos y campesinas que exultan de júbilo al ver que la Iglesia reconoce la santidad de quienes han dado la vida en su servicio. Hay también representantes de las comunidades que fueron pastoreadas por fray Cosme y por el padre Rutilio”, añadió.

El purpurado señaló que “tenemos con nosotros en la figura de Manuel Solórzano y del joven Nelson Rutilio, representantes de esa inmensa multitud que nadie podía contar, es decir, de los innumerables mártires anónimos”, y agregó: "Ese número simbólico de los 75 mil muertos que hemos llorado a lo largo de la lucha fratricida que nos desangró durante doce años y que terminó felizmente cuando las partes enfrentadas firmaron los Acuerdos de Paz”.

Asimismo –indicó el cardenal Rosa Chávez– en América Latina el martirio está relacionado con la vivencia del Evangelio y de la doctrina de la Iglesia, sobre todo después del Concilio Vaticano II y de la Asamblea General del Episcopado de nuestro continente en Medellín.

Y poniendo el ejemplo del padre Rutilio Grande, recordó que “después de seguir en Ecuador el curso del IPLA y de haber compartido la experiencia de trabajo con campesinos e indígenas en la diócesis de Riobamba, en tiempos de monseñor Leonidas Proaño, volvió a nuestro país con una clara e inequívoca opción por los pobres”.

“Él fue quien encabezó la lista de nuestros mártires. Le siguieron veinte sacerdotes, tres religiosas y una misionera estadounidense y cientos de mártires anónimos”.

De estos, el más ilustre de los pastores es, por supuesto, “monseñor Romero, pero no podemos dejar de mencionar a otro Obispo, monseñor Roberto Joaquín Ramos, asesinado en junio de 1993”, destacó.

También señaló que “la presencia de dos laicos: Manuel Solórzano y Nelson Rutilio Lemus, son como una ventana para asomarse a esa realidad de una multitud inmensa que nadie podía contar”.

“Nuestros mártires pueden ayudarnos a recuperar la memoria y la esperanza para que no renunciemos al sueño de un país reconciliado y en paz, un país como lo quiere nuestro Dios: justo, fraterno y solidario”, afirmó el representante del Santo Padre.+