Asamblea Eclesial: Conversión pastoral y salida misionera, la invitación del padre Galli
- 25 de noviembre, 2021
- Ciudad de México (AICA)
Reflexión del teólogo argentino padre Carlos Galli en el marco de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe en curso en la Ciudad de México.
“El Espíritu de Dios desborda a la Iglesia en misión”, manifestó el sacerdote argentino Carlos Galli en su exposición en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, en curso en la sede del episcopado mexicano, reuniendo de manera presencial y virtual a más de mil participantes: 200 obispos, 200 sacerdotes y diáconos, 200 religiosas y religiosos, y 400 laicos.
El padre Galli reflexionó sobre el tema Iglesia misionera en salida, que relacionó con la cita bíblica que narra cómo Jesús envía a ser discípulos misioneros, en salida, para convocar a otros a ser discípulos de Jesús y también ponerse en salida misionera hacia los demás.
“Somos discípulos misioneros de Jesucristo y un Pueblo de Dios en salida hacia las periferias”, subrayó el teólogo que identificó cinco pasos en su reflexión, partiendo del envío misionero en el Evangelio de Mateo, que después actualizó para la Iglesia, siempre en proceso permanente de reforma. En un tercer momento mostró la importancia de la Iglesia en salida misionera en el magisterio del papa Francisco y posteriormente su influjo en la asamblea, para encerrar considerando algunas grandes líneas de lo que llama “el desborde creativo del Espíritu Santo que desborda la praxis de nuestra sinodalidad misionera, de nuestra misión sinodal”.
Ir y anunciar
El texto hace una llamada a cumplir la misión de evangelizar dada por Jesús a sus discípulos. Son enviados, los manda salir e ir a los demás, imagen de una Iglesia en salida misionera a todos los pueblos, lo que significa la universalidad de la misión.
“La misión no se orienta a ser un seguidor individual de Jesús”, según el padre Galli, sino a la comunidad, a la Iglesia, al Pueblo de Dios. Es un llamado a la Iglesia de Jesús, que comienza muy pequeña, “a salir de sus límites e ir a todos, hasta los confines de la Tierra”.
“Un llamado que Jesús hace a los miembros de la Asamblea, a quienes vuelve a decir: “vayan a todos los pueblos de América Latina y del Caribe para comunicar el Evangelio que nos hace discípulos de Cristo”.
“Para ser misioneros necesitamos de una conversión o reforma permanente”, insistió el sacerdote. Es necesaria una Iglesia en estado de conversión para ser una Iglesia que comunique el Evangelio. Una reforma permanente que “nos ayuda a crecer en la fidelidad a Jesús y nos mueve a salir de nuestra zona de confort para llegar a los demás”.
Conversión pastoral y salida misionera son vistas por el teólogo argentino como una invitación al Pueblo de Dios y a la Iglesia, a entrar en un proceso pleno de salida misionera para comunicar la vida plena de Jesucristo.
La inspiración está en Aparecida, afirmó el padre Galli, que ve discipulado y misión como las dos caras de una misma moneda. Una Iglesia peregrina que camina entre los pueblos, sinodalmente, que sea esencialmente misionera.
El papa Francisco, en el Madison Square Garden de New York, invitó a ir al encuentro de los otros donde están y como son, asumir la vida como viene, tenemos que desplazarnos nosotros, lo que Galli consideró la lógica de esta Asamblea Eclesial.
“Todos somos discípulos misioneros en salida” es una síntesis magistral, existencial, que nos da una mística de salida hacia los demás, según el teólogo. “Guardar la dulce y confortadora alegría de evangelizar”, es una de las frases que marcan el pontificado del papa Francisco, según explicó. Algo que hace referencia a la alegría misionera que brota del corazón y por desborde nos lleva a compartir la Buena Noticia de Jesús con todos.
Por último el padre Carlos Galli señaló algunos ejes fundamentales para guiar la reflexión de la Asamblea:
- Cristocentrismo trinitario del kerigma, que debe llevar a ayudarnos a llegar a las generaciones más jóvenes;
- En Cristo recibimos la misericordia entrañable de Dios, que viene a tocar las heridas más profundas;
- Fraternidad entre todos los pueblos, un desafío en un continente herido por la desigualdad;
- Vivirlo con la lógica del Buen Samaritano, que salgamos de nosotros mismos, nos volvamos cercanos, nos conmovamos ante toda miseria humana, nos pongamos del lado de las víctimas, una parábola que nos da la clave de fondo para reconstruir este mundo que nos duele;
- Caminar hacia una nueva pastoral urbana, con el desafío de reconocer que Dios vive en la ciudad y entre los ciudadanos; el Espíritu se manifiesta en un desborde de creatividad.+