Ángelus del Papa: 'La entrega y el perdón son la esencia de la gloria de Dios'
- 17 de marzo, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Se trata de "criterios muy diferentes de los que vemos a nuestro alrededor y también en nosotros", dijo este domingo Francisco durante el rezo de la oración mariana.
Ya cerca de la Semana Santa, el Papa Francisco, invitó este domingo 17 de marzo, a reflexionar sobre el significado del sacrificio último de Cristo. “Glorificarse, para Él, significa entregarse”, aclaró, “ofreciendo su amor. Y esto sucedió culminantemente en la Cruz".
En sus palabras previas al rezo del Ángelus, el pontífice se dirigió a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, señalando que “la verdadera gloria, que nunca se desvanece y da felicidad, es la de la entrega y el perdón. La gloria mundana pasa, y muchas veces no trae el bienestar de todos, sino división, discordia y envidia”, dijo Francisco.
La verdadera gloria, la que Dios nos enseña, "está hecha de don y de perdón", y Jesús nos la revela en la Cruz, la "cátedra de Dios", agregó, recordando el Evangelio del quinto domingo de Cuaresma, en el que Cristo, "hablando de su Pasión, dice: 'Ha llegado la hora de que el Hijo del Hombre sea glorificado'". "Se podría pensar que más bien se produce una derrota en la Cruz, pero el significado de sus palabras es diferente", expresó el pontífice.
"La gloria, para Dios, no corresponde al éxito, a la fama o a la popularidad humana: la gloria de Dios no tiene nada de autorreferencial, no es una manifestación grandiosa de poder, seguida de aplausos del público. Para Dios, la gloria es amar hasta dar la vida. Glorificarse, para Él, significa darse, hacerse accesible, ofrecer su amor. Y esto sucedió culminantemente en la Cruz", agregó el Papa.
El modo de vida
Precisamente en la Cruz, Jesús mostró todo el amor de Dios, destaca Francisco, "revelando plenamente su rostro de misericordia, dándonos vida y perdonando" a quienes lo habían ejecutado.
"El don y el perdón son la esencia de la gloria de Dios y son el modo de vida para nosotros. Don y perdón: criterios muy diferentes a los que vemos a nuestro alrededor, e incluso dentro de nosotros, cuando pensamos en la gloria como algo que hay que recibir en lugar de dar; como algo que se debe poseer en lugar de ofrecer: no. La gloria mundana pasa y no deja gozo en el corazón; ni siquiera conduce al bien de todos, sino a la división, a la discordia, a la envidia", expresó el sucesor de Pedro.
¿Qué gloria queremos para nuestra vida?
El Papa invitó a preguntarse qué gloria queremos para nuestra vida, si "la de impresionar a los demás" con nuestras capacidades o con las cosas que poseemos, o la "de Jesús Crucificado, el camino de quien no se cansa de amar, confiado en que esto da testimonio de Dios en el mundo y hace brillar la belleza de la vida". De hecho, cuando "damos y perdonamos", concluye Francisco, "la gloria de Dios brilla en nosotros".+