El arzobispo, monseñor Alberto Puiggari, presidió la misa de bienvenida en la catedral. Luego, el trozo de sotana fue llevada en caravana hasta la parroquia Inmaculado Corazón de María.
El hermano del presbítero José Dabusti, testigo del milagro que proclamó beato al Papa de la sonrisa, contó cómo vivió la ceremonia junto a toda su familia.
El obispo de Gualeguaychú animó a "imitar" e "invocar" al papa Juan Pablo I "para pedir su intercesión ante Dios por nuestras necesidades".
En la homilía de beatificación, el pontífice dijo que Albino Luciani vivió "el Evangelio de la alegría, sin concesiones y amando hasta el extremo". El milagro fue la curación de una niña argentina .