"El pueblo libanés decepcionado y agotado, necesitado de certidumbre, esperanza y paz", aseguró Francisco al cerrar la oración ecuménica de la jornada de reflexión y oración por el Líbano.
Frente a la tumba de San Pedro, elevaron una plegaria por el país de los cedros y colocaron una vela encendida en señal de esperanza para el sufriente pueblo libanés.