Desde Jerusalén, el padre Romanelli está permanentemente en contacto con su parroquia. Los numerosos pedidos a Israel para que le permitan regresar "cayeron en oídos sordos".
"La cercanía, el diálogo, la reconciliación y la cultura del encuentro nos ayudan a superar los enfrentamientos, la indiferencia y toda forma de violencia", afirman los tres prelados de la provincia.
El arzobispo de Rosario animó a meterse en el pesebre para encontrar la paz en Jesús y la fortaleza para afrontar las dificultades. Llamó a no dejarse robar la esperanza en estos tiempos difíciles.
Mons. Tissera y Mons. Redondo recuerdan que el padre obispo Novak decía: "Lo importante es llegar a nuestros hermanos que sufren y esperan una mano tendida; esperan, sobre todo, un corazón abierto".