Los futuros sacerdotes estuvieron en el hospital geriátrico, en la unidad penal y en un hogar de ancianos. "Últimos y servidores de todos. Fraternidad-caridad-servicio", el lema motivacional.
Junto con el obispo, Mons. Araya, religiosas, religiosos, sacerdotes y representantes de otras formas de esa realidad dialogaron sobre los desafíos de una Iglesia sinodal, la escucha y la misión.
El obispo de Neuquén recordó que, entre las formas de participación de la actividad misionera, "el primer lugar" corresponde a la cooperación espiritual mediante la oración.
El obispo de San Isidro recordó la necesidad de "ir a la otra orilla con confianza" para evangelizar y recordó que no hay misión sin "dejar las seguridades de la orilla que conozco para ir a la otra".