Francisco afirmó que "la misión es el oxígeno de la vida cristiana"
- 11 de mayo, 2023
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En la mañana de este jueves 11 de mayo, el papa recibió a los miembros de la Conferencia de Institutos Misioneros de Italia (CIMI).
El papa Francisco recibió, este jueves 11 de mayo, a los miembros de la Conferencia de Institutos Misioneros de Italia (CIMI), compuesta por 14 Institutos, de los cuales 6 son femeninos y 8 masculinos, con motivo del 50º aniversario de su fundación.
En varias ocasiones en su discurso, el Papa se refirió a pasajes de la exhortación apostólica Evangelii gaudium, sobre el anuncio del Evangelio en el mundo de hoy, para recordarles a los presentes el estado permanente de la misión de la Iglesia, que es el "oxígeno de la vida cristiana, ya que sin él esta se enferma y se marchita y se afea", dijo.
Francisco, en su alocución, también buscó ofrecer aliento a los presentes: “Los animo a seguir adelante con valentía, para que la fuerza del Espíritu encuentre siempre en la Iglesia y en el mundo mentes y corazones dispuestos a sembrar la Palabra y llevar a todos la alegría del Resucitado, derribando barreras y favoreciendo la edificación de una sociedad fundada en los principios evangélicos de caridad, justicia y paz”.
Y prosiguió subrayando aspectos que son fundamentales para el estilo misionero, que debe partir, sobre todo, del testimonio de la propia vida y fundamentarse en la oración: “Porque la misión, como la comunión, es ante todo un misterio de gracia”
La misión – dice Francisco – “no la hacemos solos, sino movidos por el Espíritu y dóciles a su acción”. Por tanto, explicó que “la misión, que brota de la oración, se forja día a día en la escucha de la Palabra de Dios y tiene como fin último la salvación de los hermanos que el Señor nos confía”. “Sin estos fundamentos, las acciones se vacían y acaban reduciéndose a una mera dimensión sociológica o asistencial”, aseguró. Por tanto, invitó a los representantes de la CIMI a que “no sólo su vida y su trabajo misionero, sino también su planificación, encuentros y decisiones estén siempre marcados por la escucha de la Palabra, la celebración eucarística y la oración”.
Al final, Francisco recordó otro pasaje de la Evangelii gaudium, donde se recuerda que la misión no es un proyecto empresarial o corporativo, ni una organización humanitaria o proselitista, sino "algo mucho más profundo, que escapa a toda medida".
“Es una invitación a gastarnos con compromiso, con creatividad y generosidad, pero sin desanimarnos si los resultados no corresponden a las expectativas; a dar lo mejor de nosotros mismos, sin escatimarnos, pero luego confiando todo en las manos del Padre; darlo todo, pero dejándole a Él que haga que nuestros esfuerzos sean tan fructíferos como Él quiera”.+