La Diócesis de Quilmes, por mi intermedio, saluda a todos los agentes de salud en este Día de la Sanidad.
En el torbellino de la pandemia con sus efectos devastadores e inesperados, todas las personas pertenecientes al servicio sanitario han sido verdaderamente los buenos samaritanos para nuestro pueblo.
Todos, en alguna medida, hemos tenido pruebas de la entrega a su vocación de servicio durante todo el tiempo de la pandemia, ahora aliviados por la vacunación masiva. Son innumerables los gestos de verdadera humanidad que inundaron los lugares de asistencia sanitaria. Son acciones que no tienen precio y merecen ser reconocidos por la sociedad. La cara más visible del cuidado del enfermo es el personal médico y de enfermería, pero junto a ellos hay muchísimas personas que hacen posible esa atención y dedicación a los millones de personas necesitados de asistencia.
En este día los saludamos y agradecemos por su noble vocación de servicio, a veces trabajando en condiciones muy precarias. El amor al prójimo los sostuvo en los momentos críticos, trabajando con poco descanso, alejados de sus familias, y también apoyados por ellas.
También el agradecimiento a todas las personas voluntarias que han acompañado a los enfermos y a sus familiares en este tiempo de tanto sufrimiento. Siempre nuestro pueblo suscita esas mujeres y esos hombres que olvidándose de sí mismos, salen al encuentro del dolor ajeno para auxiliarlos y aliviarlos en sus padecimientos.
Que Dios bendiga a todas las personas que integran el servicio de la sanidad y Él les retribuya tanto bien realizado. Verdaderamente han sido una caricia de Dios para nuestro pueblo herido por la pandemia.
Pedimos a Dios que toda nuestra sociedad, sacudida hasta las raíces por este gran flagelo, crezca en humanidad y vocación de servicio, y sepamos valorar y cuidar a los que cuidan.
¡Feliz día de la Sanidad!
Mons. Carlos José Tissera, obispo de Quilmes
Quilmes, 21 de septiembre de 2021