Viernes 15 de noviembre de 2024

Vaticano: Destacan el trabajo de los hombres de mar, aún en medio de la pandemia

  • 7 de julio, 2021
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Covid, piratería, naufragios son los peligros destacados en el Mensaje del Dicasterio para el desarrollo humano integral con motivo del Domingo del Mar, el próximo 11 de julio.
Doná a AICA.org

La pandemia cambió la faz del mundo y también la del trabajo en el mar que, a pesar de las restricciones, nunca se detuvo, es el primer indicio que se destaca en el mensaje del Dicasterio al servicio del desarrollo humano integral con motivo del Domingo del Mar, que se celebrará el próximo 11 de julio. 

Los barcos, de hecho, “nunca dejaron de transportar equipos médicos y medicinas imprescindibles para apoyar la lucha contra la propagación del virus de un puerto a otro. Cerca del 90% del comercio mundial, se mueve gracias a los barcos o, más precisamente, a los 1,7 millones de marinos que trabajan allí”. 

Por ello -escribe el cardenal Peter Turkson, prefecto del dicasterio y monseñor Bruno Duffè, secretario- damos las gracias a “los marinos”; una gratitud que se convierte en oración.

No solo una simple fuerza laboral
El texto no esconde la “profunda contradicción” que habita el mundo de la industria marítima “altamente globalizada” pero atravesada por la fragmentación de las normas sobre derechos y protección de los trabajadores. De ahí la solicitud del reconocimiento de “trabajadores esenciales”, favoreciendo los “cambios de tripulación” y dando prioridad a una política clara en materia de vacunación. 

El dicasterio no olvida las serias penurias de los que quedaron estancados por el Covid: unas 400 mil personas en septiembre de 2020 que tuvieron que ser repatriadas y en cambio permanecieron fuera de casa, incluso 18 meses.

La pandemia los obligó a trabajar más duro, afectando “el día a día de sus familias”, generando “aislamiento, soledad, separación y ansiedad en seres queridos a miles de kilómetros de distancia, junto con la incertidumbre de su futuro”, factores que “incrementaron el estrés físico y psicológico a bordo de los buques, a veces con trágicas consecuencias”.

La invitación es mirar a los tripulantes no como una simple “fuerza de trabajo” sino como seres humanos, desarrollando así “prácticas laborales, basadas en la dignidad humana más que en el lucro”.

Soluciones a la piratería
El mensaje llama la atención además sobre el fenómeno de la piratería, que si bien registra una disminución de los casos, sin embargo aumentó la violencia contra la tripulación: “Son referencias desalentadoras a la fragilidad de una industria marítima, ya puesta a prueba por la pandemia”, subraya el texto. 

Es un fenómeno que pone en grave peligro la salud de quienes trabajan en el mar, sus familias y trastorna la economía. “Pedimos a todos los gobiernos y organismos internacionales -continúa- que identifiquen soluciones duraderas al flagelo de la piratería, conscientes de la necesidad de abordar el problema fundamental de la desigualdad en la distribución de bienes entre países y la explotación de los recursos naturales”.

Abandonado en el mar
También hay otro escenario preocupante: el abandono de barcos y tripulaciones. De los 40 barcos desmantelados en 2019, pasaron a 85 en 2020.

Los marineros se ven obligados a vivir en condiciones inhumanas y por ello el llamamiento a los armadores es activar para ellos “un seguro obligatorio que cubra el abandono en el mar, para el pago de los gastos, incluida la alimentación, gastos de agua potable, atención médica y repatriación”. 

El número de naufragios y accidentes marítimos está disminuyendo, “pero incluso uno es demasiado, especialmente cuando los marinos resultan heridos, mueren, están desaparecidos en el mar o son injustamente criminalizados y detenidos indefinidamente”. Una situación que genera “desesperación en las familias” porque “los niños se quedan sin padres y no hay donde poner una flor y rezar”.

Apóstoles fieles
El mensaje finaliza con un pensamiento dirigido a los capellanes y voluntarios del Stella Maris que, en tiempos de pandemia, siempre estuveron al servicio de los marinos y pescadores. Recen -es la invitación- para que sigan siendo “apóstoles fieles a la misión de anunciar el Evangelio”, manifestando “el rostro solidario de la Iglesia que acoge y acerca también a esta porción del Pueblo de Dios”.+