Viernes 15 de noviembre de 2024

Una nueva Marcha de los Escarpines, por los que no tienen voz

  • 28 de septiembre, 2021
  • Buenos Aires (AICA)
Luego de verse suspendida por la pandemia, la Marcha de los Escarpines vuelve al Congreso de la Nación. Será el miércoles 29 de septiembre a las 16 en Rivadavia y Callao.
Doná a AICA.org

Ante los desafíos del momento actual, la Marcha de los Escarpines llega una vez más para ser voz de los que no tienen voz, poniendo bajo el amparo de la Virgen la vida del niño por nacer.

Se trata de la segunda Marcha de Oración, que se llevará a cabo el miércoles 29 de septiembre a las 16 en el Congreso de la Nación de Argentina (Rivadavia y Callao).

La Marcha de los Escarpines se realiza desde 2006, y tuvo que ser suspendida por la cuarentena. En esta oportunidad, se realizará cuidando las reglas establecidas por el ministerio de salud, uso de barbijos y distanciamiento, para proteger a los hermanos.

La última Marcha de Oración, antes de la cuarentena, se realizó ante la Casa Rosada, sede del gobierno argentino, para concientizar al Poder Ejecutivo del valor infinito que encierra cada vida humana.

“Volvemos a la vía pública, con todas las medidas preventivas contra el Covid-19, delante del Congreso de la Nación de Argentina, como lo venimos haciendo todos los meses desde el año 2006 para rezar por la vida, esa vida frágil, en su etapa más vulnerable en la que no puede defenderse, que hoy corre riesgos de ser aniquilada en el vientre materno, como fruto de una guerra oculta”, expresaron los organizadores.

“No es ideología, no es religión lo que nos lleva a realizar estos encuentros. Es amor fraterno, el que nos mueve a sentirnos uno en la carne de aquel que es mi hermano. Sin importar raza o color, todos somos hijos de Dios y tenemos derecho a vivir”, añadieron.

En palabras del papa Francisco en la encíclica Fratelli tutti, expresan: “Nunca más claro el descarte mundial en que vivimos, fruto de ideologías de de-construcción social, que en el fondo no considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si ‘todavía no son útiles’ –como los no nacidos–, o si ‘ya no sirven’ –como los ancianos–”.+