Último adiós en Villa María a Mons. Rodríguez
- 5 de julio, 2021
- Villa María (Córdoba) (AICA)
El obispo de Villa María, monseñor Samuel Jofré, presidió la misa por el eterno descanso de monseñor Roberto Rodríguez, obispo emérito de La Rioja, fallecido el sábado a causa del Covid-19.
Con una misa presidida por monseñor Samuel Jofré en la catedral de la Inmaculada Concepción, de Villa María, la comunidad dio su último adiós a monseñor Roberto Rodríguez, obispo emérito de La Rioja, fallecido el sábado 3 de julio en la localidad de Jesús María, donde permanecía internado a causa de un cuadro de Covid-19.
La Eucaristía contó con una concurrencia de fieles poco habitual para este tiempo de pandemia, que se acercaron para despedir al prelado, y fue concelebrada por el vicario de la diócesis, padre Alberto Bustamante, quien en su homilía compartió una semblanza de monseñor Rodríguez, describiéndolo como un pastor que se dejaba tocar por el pueblo y caminaba junto a ellos. En palabras del papa Francisco, aseguró que fue un "pastor con olor a oveja".
"El obispo Rodríguez fue un pastor que estuvo en medio de su pueblo, con su pueblo y para su pueblo. Intentó comprender, y lo hizo como pocos, la cultura contemporánea, leer los signos de los tiempos para poner en diálogo al Evangelio con los nuevos desafíos que plantean los hombres y mujeres de nuestra compleja época. Para no terminar hablándole a un mundo que no existe con un lenguaje que no entiende. Nunca fue un intocable, siempre cercano, nunca condenando, siempre tendiendo una mano para rescatar, para integrar. Siempre dirigiéndose a su pueblo. Fue un 'gran callejero en las periferias'. Nunca se escondió. Fue un hombre de fronteras. Más del afuera que del adentro de la Iglesia. De él aprendí que la verdad dicha sin bondad es violencia, es una piedra que se tira y destruye proyectos de vida".
"Monseñor Rodríguez fue un pastor con olor a oveja, es decir con olor a todos, con olor a estudiante, a joven, a universitario, a docente, a adicto, a mendigo, a pobre, a trabajador, a los sin techo, a intelectual, a profesional, a empresario, a político, a familia, a laicos, a movimientos eclesiales, a ecumenismo, a seminarista, a sacerdote. Tejiendo artesanalmente vínculos, como lo hiciera con el padre Hugo Salvatto. Para anunciarles a Jesucristo, el redentor del hombre, el caminante herido y salvador".
Finalmente, el sacerdote anheló "que nuestra oración por el eterno descanso del obispo Roberto nos ayude a encarnar, como Iglesia diocesana, el estar en medio de nuestro pueblo y dirigirnos perseverantemente a él para proclamar con fidelidad servicial el gozo del Evangelio, sobre todo en este tiempo de camino sinodal hacia nuestra asamblea y hacia el sínodo que para 2023 convocó el papa Francisco sobre la comunión, la participación y la misión en la vida de la Iglesia".
"Que María, la Inmaculada Concepción, lo acoja, le susurre con la ternura de su voz de madre, a su corazón: 'Aquí estoy Roberto, aquí estoy querido hijo, te presento ante mi Hijo Jesucristo el Señor, el Pastor de los pastores, para que compartas con Él, con tus padres , con todos los que te precedieron y a los que has servido en la dramática y bella fugacidad de la existencia, el banquete celestial'".+