Viernes 15 de noviembre de 2024

'Tirar comida es una afrenta a los pobres', advirtió Francisco

  • 29 de septiembre, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Mensaje del Papa a la FAO, con motivo del Día Internacional de concientización sobre la educción de la pérdida y el desperdicio de alimentos.
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"Quienes buscan comida en la basura, comida que 'otros tiran con desprecio', son los pobres y los necesitados del mundo", afirmó el Papa Francisco al hacer un llamamiento a los hombres y mujeres de buena voluntad para que dejen de despilfarrar alimentos, que se redujeron escandalosamente a una mera mercancía.

En un mensaje dirigido al Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en el “Día Internacional de Sensibilización sobre la Reducción de la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos”, el Papa señaló que es cada vez más necesario escuchar el grito de los jóvenes que , dijo, “nos piden abiertamente que erradiquemos, de una vez por todas, los efectos perniciosos que la pérdida y el desperdicio de alimentos causan a las personas y al planeta”.

Al describir el flagelo de la pérdida y el desperdicio de alimentos “tan preocupante y dañino como la tragedia del hambre que tan cruelmente aflige a la humanidad”, dijo que estas dos tragedias están “unidas por una raíz subyacente: una cultura dominante que ha llevado a la distorsión del valor de alimentos, reduciéndolos a una mera mercancía”.

A esto se suma, continuó, la indiferencia general hacia los necesitados, así como el escaso cuidado dado a la creación, con las consecuencias nocivas que esto provoca en todas partes. 

Estas actitudes, afirmó el Papa, que pueden considerarse arraigadas en el egoísmo humano, “llevan, por un lado, a muchos a disponer de bienes básicos de manera irresponsable y desmedida y, por otro lado, a no indignarse al ver que todavía hay una multitud de personas que no tienen las necesidades básicas para vivir”.

“Es un egoísmo que, entre otras cosas, se traduce en la actual lógica del lucro que rige las relaciones sociales y la explotación irracional y voraz de los recursos naturales”, afirmó.

“Un egoísmo que se traduce en la actual lógica del lucro que rige las relaciones sociales y la explotación irracional y voraz de los recursos naturales”.

Necesidad de un cambio radical
El Santo Padre pidió un cambio radical de paradigma que nos impulse a “ya no limitarnos a leer la realidad en términos de economía o de ganancias insaciables”.

Reiteró la necesidad de no ignorar nunca que los alimentos tienen un fundamento espiritual y su adecuado manejo implica la necesidad de adoptar un comportamiento ético.

Más que cualquier otro “bien”, dijo, los alimentos garantizan el cumplimiento del derecho fundamental a la vida y son la base del sustento digno de toda persona.

“Por lo tanto, debe ser tratado con respeto por su carácter sagrado, que se deriva del carácter sagrado fundamental de cada persona y que es reconocido por muchas tradiciones, culturas y religiones”, dijo. “La comida garantiza la vida, continuó el Papa, y nunca debe considerarse un problema”.

El pontífice observó que es un error seguir señalando el crecimiento de la población mundial como la causa de la incapacidad de la Tierra para alimentar a todos lo suficiente, "porque, en realidad, las verdaderas razones detrás de la proliferación del hambre en el mundo son la falta de una voluntad política concreta de redistribuir los bienes de la tierra, para que todos puedan beneficiarse de lo que nos da la naturaleza, y la deplorable destrucción de alimentos para beneficio económico”.

Y agregó que el desperdicio de alimentos es una de “las formas más graves de desperdicio” y muestra “un arrogante desprecio por todo lo que, en términos sociales y humanos, se esconde detrás de la producción de alimentos”.

“Tirar alimentos a la basura significa no valorar los costos de sacrificio, mano de obra, transporte y energía que implica llevar alimentos de calidad a la mesa. Significa despreciar a quienes trabajan cada día en la agricultura, la industria y los servicios para proporcionar alimentos que, al perderse o desperdiciarse, no cumplen con su loable propósito”, exclamó.

El Sucesor de San Pedro dijo que la manera de poner fin a la pérdida y el desperdicio de alimentos es invertir recursos financieros, unir voluntades y pasar “de meras declaraciones a una toma de decisiones con visión de futuro e incisiva” y afirmó: "Sobre todo, es imperativo fortalecer la convicción de que los alimentos tirados son una afrenta a los pobres".

Llamó a cultivar un sentido de justicia hacia los necesitados que debe impulsar a todos y cada uno de nosotros a un cambio categórico de mentalidad y conducta.

“Los alimentos que tiramos a la basura los arrebatamos injustamente de las manos de quienes se ven privados de ellos”, prosiguió, explicando que “la abundancia de unos debe compensar la falta de otros” y que “el desarrollo debe estar estrechamente vinculado a la sobriedad de vida”.

Una familia universal
Finalmente, el Papa Francisco sostuvo la necesidad de reavivar la conciencia de nuestra pertenencia común a la única familia humana universal. “Quien se acuesta con el estómago vacío es nuestro hermano”, afirmó, “compartir con él lo que tenemos es un imperativo tanto de justicia como de esa solidaridad fraterna que nace de las relaciones familiares”.

El Papa concluyó con oraciones por la agencia de las Naciones Unidas cuyo mandato es combatir el hambre y para que “la familia de naciones vuelva a ser realidad, ese espacio donde prevalezcan la concordia, la generosidad y la amorosa ayuda mutua entre hermanos”.+