Predicador pontificio: 'La resurrección significa un nuevo comienzo. Saber resurgir'
- 4 de abril, 2025
- Ciudad del Vaticano (AICA)
En su tercera homilía de Cuaresma 2025, el Predicador de la Casa Pontificia, fray Roberto Pasolini, destacó el significado de la Resurrección de Jesucristo para la vida personal y comunitaria.

En su tercera meditación cuaresmal para la Curia Romana, el padre Roberto Pasollini OFM Cap., Predicador de la Casa Pontificia, centró su atención en la Resurrección de Jesús, "sin duda, el momento más inspirador en la vida de Cristo para nuestro camino de discipulado".
Sus reflexiones previas destacaron la necesidad de abrazar nuestro bautismo y sintonizarnos con el Evangelio para permanecer íntimamente unidos a Jesús.
"En la medida en que nos mantenemos dóciles a las inspiraciones del Espíritu", dijo, "descubrimos que somos capaces de seguir un camino que nos lleva a centrarnos en los demás con libertad y en consonancia con el amor de Dios".
Cuando nos dirigimos a la Resurrección, aprendemos a no dejarnos "abrumar por el miedo al sufrimiento y a la muerte, sino a mantener la mirada fija en la meta hacia la que nos guía el amor de Cristo".
El padre Pasolini dijo que esto exige "una preciosa renuncia": abandonar la idea de que no podemos levantarnos del fracaso y confiar, en cambio, en que podemos comenzar de nuevo y abrirnos nuevamente a los demás.
El Predicador de la Casa Pontificia destacó las actitudes que podemos aprender de la Resurrección y que debemos cultivar con el tiempo.
De las relaciones de amor gratuito que Jesús estableció con nosotros, aprendemos a no desanimarnos cuando las cosas no salen como esperamos. "Es más fructífero emprender de nuevo el camino del encuentro, con la confianza de que aún queda mucho por vivir y descubrir".
Entonces, es importante aprender a ser libres incluso en las relaciones más difíciles. La libertad interior nos permite reavivar la posibilidad de la vida mediante el perdón genuino que posibilita la reconstrucción de las relaciones.
Para concluir, el padre Pasolini destacó que, en su resurrección, Jesús nos dejó un legado precioso al revelar los tesoros escondidos de nuestra humanidad cuando se deja plasmar por el Espíritu y se conforma a la imagen y semejanza de Dios.
Estas actitudes y formas de ser no deberían reservarse sólo para los momentos difíciles. Cristo preparó su resurrección viviendo aquellas actitudes interiores en las que madura la semilla de la vida eterna.
Al construir con nosotros relaciones de amor gratuito, el Señor entendió que era inútil enojarse cuando las cosas no salían como se esperaba. Sería más fecundo retomar el camino del encuentro con la confianza de que todavía hay mucho por vivir y descubrir.
La libertad, incluso en las relaciones más difíciles, es el único camino para reavivar la posibilidad de vida a través del perdón auténtico, capaz de renovar vínculos desgastados por el tiempo y el pecado.
"Solo así", concluye el padre Pasolini, "sin rencor ni resentimiento, uno se convierte en testigo de un amor más grande" que ni el mal ni la muerte pueden vencer. La capacidad de resurgir, dice, "es directamente proporcional a la tenacidad de la caridad, la llama impresa en nuestros corazones por el Señor y el sello de una vida eterna ya en el mundo".+