Viernes 15 de noviembre de 2024

Se presentó en el aula sinodal la carta encíclica Fratelli Tutti

  • 4 de octubre, 2020
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
La nueva encíclica del papa Francisco, Fratelli Tutti, fue presentada esta mañana en el Aula Nueva del Sínodo ante diversos representantes, junto al cardenal Pietro Parolin.
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La nueva encíclica del papa Francisco, Fratelli Tutti, sobre la fraternidad y la amistad social, firmada ayer 3 de octubre por el Papa Francisco sobre la tumba de San Francisco en la ciudad de Asís, fue presentada esta mañana en el Aula Nueva del Sínodo.

Estuvieron presentes el cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado; el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso; el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, secretario general del Comité Superior para la Fraternidad Humana; Anna Rowlands, profesora de Catholic Social Thought & Practice en la Universidad de Durham, Reino Unido; y el profesor Andrea Riccardi, fundador de la Comunidad de San Egidio y profesor de Historia Contemporánea.

En su intervención, el cardenal Parolin destacó que “la Encíclica no se limita a considerar la fraternidad como un instrumento o un deseo, sino que esboza una cultura de la fraternidad que debe aplicarse a las relaciones internacionales”, ya que “la fraternidad no es una tendencia o moda que se desarrolla a lo largo del tiempo o en un tiempo, sino la manifestación de actos concretos”.

Al referirse al papel efectivo de la fraternidad, el Secretario de Estado reconoció que “es perturbador porque está vinculado a nuevos conceptos que sustituyen la paz con los pacificadores, el desarrollo con los cooperantes, el respeto de los derechos con la atención a las necesidades de cada prójimo, ya sea persona, pueblo o comunidad”. Explicó también que la raíz teológica de la encíclica “nos dice muy claramente que gira en torno a la categoría del amor fraterno que, más allá de toda pertenencia, incluso de la identidad, es capaz de concretarse en ‘el que se ha hecho prójimo’", subrayando que la imagen del Buen Samaritano presente en la encíclica es una advertencia y un modelo.

“A los dirigentes de las naciones, a los diplomáticos, a los que trabajan por la paz y el desarrollo, la fraternidad les propone transformar la vida internacional de una simple coexistencia, casi necesaria, a una dimensión basada en ese sentido común de "humanidad" que ya hoy inspira y sostiene tantas normas y estructuras internacionales, promoviendo así una convivencia efectiva”, sostuvo.

A continuación el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot destacó que “la invitación del papa Francisco a las diferentes religiones a ponerse al servicio de la fraternidad para el bien de toda la humanidad anuncia una nueva época”. “Nuestro viaje común se abre a una nueva luz y a una nueva creatividad que desafía el corazón mismo de cada religión, y no sólo eso: la fraternidad se puede convertir también en el camino de las creencias religiosas”, expresó el prelado.

Por su parte, el juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, aseguró que la nueva encíclica “es un llamamiento a la concordia que se le hace a un mundo en discordia, así como un mensaje claro en favor de una armonía, individual y colectiva, con las leyes del universo, del mundo y de la vida”. Al mismo tiempo, “se trata de un argumento que se basa en razonamientos claros, fundados en la verdad y practicables en la vida real y en el mundo concreto” continuó.

Según la profesora Anna Rowlands, “Fratelli tutti deja claro que la fraternidad universal y la amistad social deben ser practicadas juntas”, aunque “el fracaso en esta cuestión es abundante”. La profesora destacó que “la globalización proclama valores universales pero no practica el encuentro y la atención, especialmente en cuanto a los diferentes y a los más vulnerables”.

El fundador de la Comunidad de San Egidio reconoció que la humidad creía que “el mundo había aprendido la lección después de tantas guerras y fracasos”. Sin embargo “hemos retrocedido en los logros de paz y en las formas de integración entre los estados”. “Las palabras del Papa nos despiertan del entumecimiento colectivo generado por la lógica del conflicto”, expresó. El profesor Andrea Riccardi centró su presentación en la guerra: “la herida más grave, la que huele a muerte”.+