San Pío de Pietrelcina, infatigable dispensador de la divina misericordia
- 23 de septiembre, 2020
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Tras la catequesis, el papa Francisco recordó que hoy la Iglesia conmemora a San Pío de Pietrelcina.
Tras la catequesis, el papa Francisco recordó que hoy la Iglesia conmemora a San Pío de Pietrelcina. “Que el testimonio de fe y caridad que lo animó sea una invitación a cada uno a confiar siempre en la bondad de Dios, acercándose con confianza al Sacramento de la Reconciliación, del que el Santo de Gargano, infatigable dispensador de la divina misericordia, fue un ministro asiduo y fiel”, dijo el pontífice.
En 2018, la fiesta litúrgica del 23 de septiembre dedicada a la estigmatización permanente del Padre Pío coincidió con el centenario de ese acontecimiento sobrenatural y con el cincuentenario de la muerte del santo fraile. Este año, el nuevo entrelazamiento es con el lanzamiento de la causa de beatificación del Siervo de Dios fray Modestino, alias Damiano Fucci, quien murió con fama de santidad, el 14 de agosto de 2011, informaron los frailes franciscanos.
Los nueve días de oración que preceden tradicionalmente a la fiesta litúrgica de hoy culminaron ayer con la misa vespertina presidida en el santuario de Santa Maria delle Grazie por el arzobispo de Manfredonia-Vieste-San Giovanni Rotondo, monseñor Franco Moscone.
Luego se procedió a la sesión de apertura de la investigación diocesana sobre la vida y virtudes heroicas de fray Modestino.
Este miércoles, fiesta del Padre Pío, habrá dos solemnes concelebraciones eucarísticas una a la mañana presidida por el cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario emérito del Sínodo de los Obispos, y por la tarde, otra presidida por monseñor Franco Moscone. Ambas tendrán lugar en la iglesia de San Pío y según el protocolo de seguridad sanitaria transmitido por los medios de comunicación y plataformas sociales de los Frailes de San Giovanni Rotondo.
El padre Stefano Campanella, director de Tele Radio Padre Pío señaló a Vatican News que el Padre Pío también pasó y vivió la experiencia de la pandemia de primera mano. Fue la gripe española -como se la llamó- una devastadora pandemia que desde 1918 hasta 1920 asoló al mundo entero, causando decenas de millones de muertes. Muchos recurrieron al Padre Pío, que ya vivía en San Giovanni Rotondo desde 1916 y gozaba de una reputación de santidad. Él mismo se hizo cargo de los seminaristas que habían contraído el virus".
Dispensador incansable de misericordia
San Pío de Pietrelcina, fraile y sacerdote italiano, perteneciente a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos (OFMCap) quien recibió los estigmas de Jesucristo en las manos, los pies y el costado, se hizo célebre también por haber obrado milagros en vida y por los dones extraordinarios que Dios le concedió.
Uno de esos dones tuvo que ver con una extraordinaria capacidad para acercarse y entender el alma humana, a tal punto que muchas veces fue capaz de leer los corazones y las conciencias de quienes se acercaban a él. Esa capacidad para penetrar y desnudar el alma humana, que brotaba de la caridad que movía su corazón al servicio de la gente, lo convirtió en un confesor único. Es sabido que muchos fieles acudían a él con el propósito de confesarse, en busca de ese rostro de Dios que siempre acoge al pecador.
Nació en Pietrelcina, Campania (Italia), el 25 de mayo de 1887. Su nombre era Francisco Forgione pero, cuando recibió el hábito de Franciscano capuchino, tomó el nombre de “Fray Pío”, en honor a San Pío V. Partió a la Casa del Padre un 23 de septiembre de 1968, después de horas de agonía repitiendo con voz débil “¡Jesús, María!”.
San Juan Pablo II tuvo una especial admiración por él, y no son pocos los que señalan que el Padre Pío, en confesión, le predijo que llegaría a ser Papa. De acuerdo a una carta enviada por el pontífice a los frailes de San Giovanni Rotondo unos tres años antes de morir (2002), siendo un joven sacerdote, lo conoció y se confesó con él.
El contenido de dicha carta solo se pudo hacer público -de acuerdo a la voluntad del Papa- luego de su muerte en 2005. En ella, Juan Pablo II llamaba al Padre Pío “generoso dispensador de la gracia divina, siempre a disposición de todos”.
Lo describe, además, como alguien lleno de receptividad y sabiduría espiritual, especialmente en la dispensación del sacramento de la penitencia.
Durante la canonización de San Pío de Pietrelcina, el 16 de junio del 2002, San Juan Pablo II dijo de él: “Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del Padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos”. +