'Recemos por la paz', alentó el custodio de Tierra Santa
- 14 de agosto, 2024
- Jerusalén (Tierra Santa) (AICA)
"Que la reanudación de las negociaciones sea el día de la Asunción es un signo de esperanza", escribe fray Francesco Patton, invitando a la jornada de oración por la paz del 15 de agosto.
"Reanudar las conversaciones para un alto el fuego en Gaza, la liberación de los rehenes y la liberación de los presos políticos, en el mismo día en que celebramos a María asunta al cielo en cuerpo y alma, es un signo de esperanza y de consuelo para nosotros, peregrinos en la tierra", escribe el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton OFM, en una carta enviada a los frailes de la Custodia, invitándolos a dedicar el día de la solemnidad de la Asunción de María, 15 de agosto, a la súplica por la paz en Oriente Medio y en todo el mundo.
De esa manera, el custodio de Tierra Santa se une a la exhortación que realizó el Patriarca Latino de Jerusalén, cardenal Pierbattista Pizzaballa, en la carta con motivo de la solemnidad de la Asunción de la Virgen, en la que invita a dedicar ese día para rezar por la paz.
"Como nos recordó el cardenal Pizzaballa -escribe Patton-, vivimos tiempos muy difíciles, en los que es especialmente importante rezar por la paz".
"Por esta razón, de acuerdo con el guardián y con la fraternidad de Getsemaní, hemos decidido dedicar las celebraciones del Día de la Asunción a la oración por la paz en Tierra Santa y en todo el mundo", continúa el custodio.
"Sabemos que, cuando aparece en el cielo el signo de la Mujer a punto de dar a luz, aparece también el dragón infernal, que se desata contra sus hijos, pero a él se opone la milicia celestial, dirigida por san Miguel Arcángel".
De ahí la invitación a rezar, utilizando "la fórmula para la que he solicitado expresamente la aprobación eclesiástica de Su Beatitud y que utilizará el propio patriarcado".
"Todos los que puedan, los días 14 y 15 de agosto, participen en las celebraciones de Getsemaní según el programa enviado por la Secretaría de la Custodia, los demás realicen las celebraciones en fraternidad, e incluyan la especial 'Súplica por la paz a la Bienaventurada Virgen María Asunta al Cielo'", concluye el padre Patton.
Súplica por la paz a Nuestra Señora Asunta al Cielo
Oh gloriosísima Madre de Dios,
elevada sobre los coros de los ángeles,
ruega por nosotros con San Miguel Arcángel
y con todas las potencias angélicas del cielo y con todos los santos,
a tu santísimo y amado Hijo, nuestro Señor y maestro.
Obtén para esta Tierra Santa, para todos sus hijos y para toda la humanidad el don de la reconciliación y de la paz.
Que se cumpla tu profecía:
los soberbios sean dispersados en la imaginación de sus corazones;
los poderosos sean derrocados de sus tronos,
y finalmente, los humildes sean enaltecidos;
que los hambrientos sean colmados de bienes,
los pacíficos sean reconocidos como hijos de Dios
y que los mansos reciban la tierra como don.
Que nos lo conceda Jesucristo, tu Hijo,
Él que hoy te exaltó sobre los coros de los ángeles,
que te coronó con la diadema del Reino,
y te ha colocado en el trono del esplendor eterno.
A él sea el honor y la gloria por los siglos. Amén.
En el lugar de la Asunción de María, rezan cristianos y musulmanes
Para los cristianos, la fecha del 15 de agosto no es una fiesta más. Se trata de la celebración de la Asunción de María al Cielo, uno de los cuatro dogmas marianos de la Iglesia católica. El dogma de la Asunción, proclamado por Pío XII el 1º de noviembre de 1950, tiene su origen en la Tradición Apostólica.
Para los cristianos de Tierra Santa, recuerda a la Agencia Fides el padre Claudio Bottini, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas del Studium Biblicum Franciscanum de Tierra Santa, "la fiesta de la Asunción es la fiesta más apreciada después de la Pascua. En estos días, los creyentes expresan su fervor y su fe a través de liturgias y procesiones".
Esos actos de devoción popular serpentean por las calles que conectan dos puntos precisos de la ciudad: se trata de dos iglesias, la conocida como Dormitio Virginis, en el monte Sión, donde la comunidad cristiana rememora la Dormición de la Virgen María, es decir, el momento en que María "se durmió en el sueño de la muerte"; y la segunda iglesia, donde se encuentra la "tumba de María", construida en la zona del cementerio del valle del Cedrón, donde según la tradición judía tendrá lugar el Juicio Final.
Pero, ¿cómo viven los católicos de Tierra Santa, además, la fiesta del 15 de agosto? "Primero, celebran misa en la basílica de Getsemaní, conocida por la mayoría como basílica de las Naciones (la estructura moderna celebra cien años desde su consagración). Después, en procesión, se dirigen a la iglesia del sepulcro de María, descienden a la cripta y rezan con cantos e himnos". A los ojos más atentos, no se les escapa que, en la cripta que custodia la tumba vacía, hay un nicho: "Los musulmanes lo usaban y lo siguen usando para rezar -explica el profesor-. Antes, muchos grupos de religión islámica visitaban la tumba, ahora lo hacen de forma privada. María también es una figura importante para ellos y el nicho está orientado hacia La Meca".
Los cristianos de las Iglesias orientales también viven la fiesta en ese lugar: "Durante ocho días, descienden diariamente a la cripta, trayendo a niños, ancianos y discapacitados. La tumba se decora con hierbas aromáticas, como la albahaca, y rezan ante el ícono de la Dormitio, que normalmente se encuentra en la basílica del Santo Sepulcro. El ícono es llevado solemnemente en procesión hasta la tumba y devuelto a su lugar, de nuevo en procesión. Es una gran fiesta".
Una fiesta que este año, debido a la guerra que sigue desgarrando Tierra Santa, "tendrá un tono menor. Pero, como en el pasado, la fiesta tendrá lugar", concluye el padre Bottini. "He visto muchas crisis en este país. Todo entonces sucede a menor escala, pero no se cancela. Celebraremos la fiesta de la Asunción, como hicimos con la Pascua. Son momentos trágicos, pero se puede rezar con mayor intensidad. En estas celebraciones más recogidas, como hacemos siempre, rezaremos por el regreso de los peregrinos y, sobre todo, por soluciones de paz. No sólo aquí en casa, sino también en el resto del mundo. Y lo haremos por partida doble, dada la doble fecha de los calendarios juliano y gregoriano. Los hombres son capaces de cosas atroces, pero aquí hay muchas personas de buena voluntad que siguen creyendo, esperando y rezando por un mundo mejor. Es una semilla de esperanza, que sin duda crecerá".+